26 feb 2012

CUANDO LA INJUSTICIA ESTÁ DE TU LADO ES MÁS FÁCIL.

  
   Como considero que es de justicia diré que este partido no lo merecimos ganar, aunque tampoco perder. Igualmente diré que en el cómputo general del partido el arbitraje nos ha favorecido, para que negarlo. A mí juicio Sergio Ramos debió ser expulsado, más que por la acción en sí en que abre los brazos (que parece más intento de contener al rival que de golpearlo) y golpea a Costa, porque me parece mentira que teniendo una tarjeta amarilla casi desde el principio con total merecimiento, siguiera jugando al límite en casi todas sus acciones. También decir que no debió expulsar a Michu, aunque si debió hacerlo con Costa, además de mostrar alguna amarilla más a los jugadores del Rayo. Pero aún así los mayores beneficiados fueron los nuestros.
   Ya en lo puramente futbolístico decir que el partido fue malo, aburrido, soso. El motivo no fue otro que las continuas interrupciones y la brusquedad del juego en general. No hablo de violencia, sino brusquedad, aunque quizás sería más acertado decir que el juego fue tosco, trabado. Y el problema es que el Real Madrid entró a trapo a jugar de esa manera, una manera que en absoluto le beneficia. Y aquí aparece prácticamente lo único bueno, que aún así ganamos.
   Si es verdad que tuvimos mayor número de ocasiones y aún más cierto que las mejores suyas fueron provocadas por errores nuestros, pero la derrota del Rayo fue injusta, primero por juego y luego por valentía, porque es para quitarse el sombrero el hecho que Sandoval sacara toda la artillería de su equipo para intentar ganar, o como mínimo empatar. Y la jugada no le salió bien por poco, si bien es cierto que el Madrid no aprovechó esa situación (el Rayo sin apenas medios ni defensas) por los pelos.
    De todas formas y como he dicho, el partido no entrará en los anales de la historia del fútbol. Si tuviera que describirlo diría que tuvo tres fases. La primera se corresponde con la primera parte, en unos primeros minutos en los que el Rayo intentaba apretar y en donde poco a poco los blancos fueron cogiendo el dominio del encuentro, aunque no de forma absoluta. El segundo tramo estaría encasillado entre el inicio de la segunda parte y la jugada "psicológica" del partido, aquella en que un Sergio Ramos más despistado que de costumbre, "centró" al rival en nuestra propia área, iniciándose una jugada que no acabó en gol porque Michu se tropezó en el último momento. Hasta ese momento el Madrid dominaba con claridad y tenía las líneas más adelantadas, provocando robos inmediatos y acciones de ataque más continuas y fluidas, y aunque hay que reconocer que no fueron precisamente muy numerosas, si fue en esta fase cuando llegó el gol de CR7, el golazo de tacón de CR7. A partir de la aciaga jugada de Sergio parece como si a los nuestros les entrara cierta congoja, cierto miedo. Y a partir de aquí aparecieron las imprecisiones, provocando que el Rayo empezara a tener las ocasiones, una de ellas clarísima tras un córner muy mal defendido y provocado por una pérdida de balón un tanto estúpida. Lo más curioso es que esta clarísima ocasión rayista provocó la mejor jugada blanca de la segunda parte y que inexplicablemente CR7 mandó al limbo cuando todos dábamos por metido el segundo tanto. Centrándome brévemente en el portugués diré que mejoró notablemente en el lanzamiento de faltas, aunque no materializó ninguna.
    De aquí al final el Rayo, con todos los medios a su alcance, intentaba meter algún gol, mientras los nuestros intentaban hilar algún buen contraataque, pero la misma imprecisión que tenían en defensa y el centro del campo se trasladó a la delantera, de tal forma que apenas nos aproximamos con peligro a la meta de Joel.
   En resumen, un partido poco vistoso, un partido de los que hacen ganar ligas, un partido que ganó el Real Madrid. Un partido que puede valer una liga.

2 comentarios:

  1. Lo importante eran los 3 puntos no jugar bien, en estos campos es donde se ganan las ligas, que golazo dios ;)
    Saludos HALA MADID Y FORZA BENFICA

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  2. Como siempre, una gran verdad lo que dices. Nos tienen muy mal acostumbrados.

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