6 may 2012

UNA ASPIRINA Y MUCHA, MUCHA AGUA.

   No sé los remedios "caseros" que ustedes o algunos de ustedes han utilizado tras una de esas memorables noches de los jueves, viernes o sábados (sino otros días). En esas fechas en las que uno se mete en la cama por la mañana arrastrándose por el suelo y no únicamente por haber pasado la noche en "vigilia".
  Lo que sí sé es que cuando me levantaba (tengo la suerte que mis resacas sólo han afectado mi estómago y eso de los mareos y demás no lo he sufrido nunca) todo me sabía mal, todo me sentía peor y tenía un gran malestar estomacal.
   Al parecer nuestros jugadores, con todo merecimiento y justicia, celebraron la consecución de la trigésimo segunda liga a lo grande (que conste que con esto no quiero decir que tomaran alcohol o no. Ni lo sé ni me importa). Y hoy han cosechado los frutos de sus días de jolgorios y excesos. O eso o yo ayer me cogí una buena melopea y todo lo que veía o me sentaba mal o lo interpretaba erróneamente. O quizás ambas partes nos excedimos .
   No encuentro otra explicación al partido de los nuestros contra el Granada. Jugamos de manera muy mediocre, por no decir otra cosa. O es lo que me pareció ver.
   No puedo negar que no dieron el partido por perdido, que mostraron orgullo... y ya, para de contar. Con la liga en el bolsillo es normal que te relajes y que psicológicamente "estés a otras cosas". Y no hay que olvidar que tan importante es lo físico como lo psicológico. Pero nuestro rendimiento hoy ha sido aún más bajo de lo esperado. Ésto lo supo aprovechar muy bien el Granada, que planteó un partido muy serio (se jugaba mucho, la continuidad en la división de honor) y bien jugado y que durante prácticamente 65 minutos fue equipo de primera de pleno derecho.
    Su gol vino de un despiste garrafal de Marcelo y una buena jugada de Jara que aprovechó un resbalón de Carvalho y finalizó con un remate entre las piernas de Adán. Además llegó con merecimiento, pues en esos escasos minutos jugados (5 minutos) los únicos que ofrecieron algo fueron ellos, y en los restantes de la primera parte casi se podría decir que también. De hecho tuvieron una doble ocasión que todavía no sé porque no entró el balón, por muy buena parada que hiciera Adán y buena intervención de Marcelo en el segundo remate. O eso me pareció ver.
   El Real Madrid jugó con una alineación extraña y lo que es más raro, con algún jugador fuera de su "lugar natural" dentro del campo. Fue recibido, como dicta la educación futbolística, con el pasillo realizado por el Granada. Pero hasta ahí los cumplidos. El Granada salió a hacer lo que debía y nosotros salimos por exigencias del guión... y para ayudar a CR7 a conseguir el pichichi, aunque realmente lo que consiguieron fue sacarle de sus casillas.
   Nuestra defensa fue un poco blandita y jugó algo descolocada. El centro del campo en la creación prácticamente no existió y en ningún momento llegó a tomar el control del partido. Y la delantera... "sólos" ante el peligro. Además, los escasos balones que les llegaban no era muy bien aprovechados.  
   En estas estábamos y con el resultado en contra cuando llegó el final de la primera parte. 
   Todo hace indicar que en el descanso los jugadores blancos se tomaron una aspirina y bebieron mucha agua. El efecto producido no fue el esperado, pero alimentó algo más la esperanza de mejora. Cosa que no era difícil.
   Adelantamos un poco las líneas y empujamos atrás al Granada. No muy atrás, no se crean ustedes.
   Por pura inercia fuimos cogiendo nosotros el dominio del balón. Y empezamos por lo menos a disputar éste al Granada y poco a poco, muy poco a poco y realmente verificable en los últimos 20 minutos del encuentro, asumimos el control. El Granada pasó de dominarnos a buscar contra golpes y el Real Madrid de ser un ente cuya cama le da vueltas a incorporarse. Con mala cara y ojeras, pero a incorporarse y acercarse a la cocina a hacerse un café. O eso me pareció ver.
   Así llegó la jugada del penalti, uno tan descarado, tan de jugador de rugby, que el árbitro no tuvo más remedio que pitar... y CR7 que transformar.
    El Granada se puso nervioso y el Real Madrid, ya con el control, intentó darle la puntilla. Tampoco es que fuera un gran asedio, pero lo intentaban. De manera alocada, sin sentido y casi sin resultado, pero lo intentaban. En estas estaban, con el partido ya en tiempo de descuento, cuando Benzema se fue por la banda y dio un magnífico pase que no alcanzó a rematar Xavi (creo) y que por desgracia para ellos en el intento de despeje, Cortés (a unos 2´5 metros de la portería) metió en su red. No obstante Granero estaba 2 metros detrás suyo y en la trayectoria hacia donde se dirigía el centro, por lo que si no hubiera sido él... hubiera sido "el otro".
    Al final del encuentro un Granada desbordado por las desgracias sacó sus frustración e ira arremetiendo contra el árbitro y haciéndose un haraquiri en forma de expulsiones que ojalá no acabe de producirse en la última jornada a disputar.
    El Madrid se marchó casi como llegó, con los zapatos quitados, la corbata en la frente, abriendo despacito la puerta e intentando que nadie le oyera. O eso me pareció.
    El problema para ellos es que su entrenador si les oyó y en el descanso hizo tres cambios que variaron algo el devenir del encuentro. No mucho, no se crean, pero en el fútbol los detalles son importantes y sólo con éstos logramos dar la vuelta no sólo al marcador, sino también al juego. O eso me pareció.
   El partido también sirvió para ver a Varane cometer faltas. Un chaval que me encanta, me entusiasma, a la hora de defender, de sacar el balón jugado, de hacer pases largos,... y que hasta la fecha no le recordaba haber hecho una sola falta. Cuando ha jugado lo ha hecho magníficamente, nunca nadie se le ha ido... y además limpiamente salvo ayer, en que no sólo le pitaron falta, sino que lo hicieron en dos ocasiones. Toda una sorpresa!.
   Y poco más que decir de un encuentro jugado con nuestros jugadores arrastrados por un alma todavía de fiesta. O eso me pareció ver.
   Ahora me toca a mí tomarme una aspirina y mucha, mucha agua.
       

2 comentarios:

  1. Ayer era el día para que Sahin y compañía se reinvidicaran, algo que no hicieron.

    Saludos desde La Escuadra de Mago

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  2. Además de verdad. Mi duda es si sólo coincidió que tuvieron un mal día, que un/varios jugadores no destacan si el resto no le acompañan, "si pasaban de este partido" o si no valen. Lo último doy por hecho que no.

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