7 oct 2015

DESENCANTO

    Hace mucho, pero que mucho tiempo que no hago ninguna entrada en este blog y el motivo es muy simple: no me gusta lo que veo. Pero no me refiero al Real Madrid, sino al fútbol en general.
    Antes era un enamorado de este deporte (realmente lo sigo siendo) y en ocasiones, por mi apasionado romance con el equipo de mi vida, un tanto irracional. Disfrutaba acudiendo a la que siempre consideré mi segunda casa, el Bernabéu. Me emocionaba con nuestras victorias y lloraba, en alguna que otra ocasión, con nuestras derrotas. Me entretenía viendo otros partidos, memorizaba estadísticas e incluso las realizaba yo mismo mientras veía los encuentros. Pasaba horas intentando analizar, a mi modo, todas las circunstancias del juego en según que momentos. Se podría decir que era una forma de vida. Me encantaba escribir aquí todas mis paranoias balonpédicas. Pero esto ha cambiado, y mucho.
     Durante algún tiempo me pregunté el motivo, pero fue hace poco, apenas un mes, cuando me percaté de la realidad. Y fue gracias a 2 comentarios de 2 periodistas distintos en menos de 24 horas (miércoles y jueves). No voy a decir sus nombres, ni la emisora ni el partido/s por respeto, agradecimiento por aclararme las ideas... y vergüenza ajena.
    Como resumen diré que uno de ellos, durante la retransmisión, dijo que hay que perder tiempo a toda consta para mantener el resultado e incluso llegó a felicitar a un jugador de un equipo español, por tirarse al suelo tras una entrada que no había sido falta, y así que "el cronómetro siguiera contando". El segundo periodista hizo lo propio, con el apoyo del resto de tertulianos, al día siguiente apoyando, defendiendo y aplaudiendo esas acciones lamentables, patéticas, deleznables y aberrantes. 
     Mis conclusiones son muy simples al respecto. Yo no quiero que mi hijo crezca con esos valores de mierda. Yo creo en el honor y en la limpieza, no en la basura. Pero vivimos en una sociedad resultadista. Los pasos no se tienen en cuenta, sólo la llegada a meta. Sólo el resultado. El como es secundario. Vivimos rodeados de falsedades, de hipocresía, de prisas. De cifras. Y así nos va. Miren a su alrededor y si no sienten vergüenza de lo que ven, o están ciegos o ya forman parte de su mundo.
     Qué le están enseñando a los menores que ven el encuentro o lo escuchan?, qué hacen bien en copiar, en no esforzarse y estudiar y hacer chuletas?, qué es bueno mentir al profesor?. Que da igual lo que sepan o no, mientras en el papelito de las notas salga un aprobado?, mientras "ganen"?. Esos son los valores que queremos inculcar?. Esa es la solución a los problemas?. Repito, miren a su alrededor y juzgen.
    El fútbol en cierta medida es un espejo de la sociedad, y en mi caso, cada vez se está resquebrajando más.
    Pero para que vamos a engañarnos, adaptarse o morir. Yo a este paso, mataré a mi "yo futbolero".
     Me parece aberrante que un altísimo porcentaje de los triunfos del barza de Pep hayan sido consecuencia de las faltas y acciones simuladas, permisividad y parcialidad arbitral y presiones al colegiado (más trabajos previos de oficina). Se puede comprobar que desde la aparición del ex-drogadicto (ex?) de Guardiola, a cada decisión arbitral en contra siempre acudían como perros de presa entre 4 y 7 jugadores azulgranas a rodear e increpar al arbitro de turno, con el total consentimiento de éste. Eso, señores, no es una casualidad. Ni tener a Alves en sus filas, ni Busquets, ni,....,  todos ellos grandes maestros en las artes escénicas.
     Por las mismas, es muy triste ver como el Sevilla de los últimos años gran parte de su estrategia ha consistido en juego rudo y en pérdidas constantes de tiempo. Es ridículo, y una tomadura de pelo, ver como desde el primer minuto, especialmente contra los grandes, o desde el minuto que se hayan puesto por delante contra cualquier otro rival, el portero tarde en sacar, los jugadores tanto de lo mismo (faltas, banda,...), los recogepelotas,....,...
     Del mismo modo, el atlético con Simeone ha hecho lo propio que el Sevilla, pero mejorado y más drástico, especialmente en lo que ha juego duro se refiere. Aunque hay que reconocer que desde el año pasado esta tendencia está disminuyendo notablemente.
    Antes de continuar, quiero dejar bien claro que he nombrado a esos 3 clubs porque sin duda son los maestros y esas argucias forman parte de su seña de identidad, no porque el Real Madrid no lo haya hecho también en ocasiones, cosa que me avergüenza enormemente, ya no sólo por intentarlo, sino porque encima lo hacen fatal.
    Por qué lo hacen?. Pues muy simple, por 2 motivos; porque les da resultado..., y porque les dejan hacerlo.
     Ya incluso se ha instaurado lo que llaman "faltas inteligentes" para cortar una contra (con que vean sólo el pasado partido entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid sabrán a que me refiero). Faltas inteligentes?. No. Deberían ser faltas doblemente sancionadas. Una cosa es hacer falta para cortar una contra o cualquier otra acción, y otra bien distinta hacer cualquier cosa sin tener la mínima opción de recuperar el balón. De todas las faltas que se hicieron (que también el Madrid hizo un par (por 15 de los colchoneros)), sólo se sacaron 2 tarjetas. Es verdad que hay acciones de ese tipo difíciles de dirimir ("falta inteligente" o para quitar el balón), pero hay otras que son sumamente descaradas y aún así se toleran.
    Con las pérdidas de tiempo tanto de lo mismo, con la cuentitis igual,... Para todo ello sólo hay dos soluciones, mano dura a los pícaros y que añadan todos y cada uno de los segundos que pierdan al final de cada parte.
     A mi me encantaba el fútbol y me gustaría que a mi hijo también le gustara. Pero el fútbol, no toda esta parafernalia y "barriobajerismo" que se han sacado de la manga. 
     Yo quiero que mi hijo tenga principios y moralidad. Pero si deseo que tenga esas virtudes, me veré obligado a no llevarle al Bernabéu o apagar la tele cada vez que pongan fútbol. 
    Por las mismas no quiero que pase por donde yo estoy pasando ahora mismo porque es bastante desagradable. Del amor, al desencanto.

 

    

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