4 dic 2015

ASTRACÁN

    Pocas cosas, por no decir ninguna, ocurren por un sólo motivo. Yo amo al Real Madrid, pero mi empatía con él ha disminuído en los últimos años.
    Y lo ha hecho por una Ley Bosman que aborrezco. Porque esta sagrada institución se ha convertido en un mercado. Porque lo económico está por encima de lo deportivo. Porque se ha perdido el alma, la esencia de lo que hizo grande al Real Madrid. Porque los jugadores son tratados como mercancía. Porque se fichan estrellas mediáticas y no necesidades. Porque esto último genera un despropósito dentro del campo inaceptable. Porque las categorías inferiores están infravaloradas y no le dan la importancia debida. Porque tenemos un presidente al que admiro en muchas cosas, pero que se ha querido asegurar "la poltrona" con medidas que hacen imposible (o casi) que alguien le pueda hacer algún tipo de oposición. Y peor que esto, que tiene un orgullo que le evita rectificar y reconocer sus errores, que también han sido varios. Una cosa es tener las ideas fijas, y otra ser un dictador empecinado.
   Por estas, y alguna cosa más, mi amor por el equipo de mi vida se ha distanciado un poco. Pero a pesar de ello siento dolor, mucho dolor, cuando mi Real Madrid pierde. Si pierde jugando bien y por mala suerte, ese dolor es menor y menos duradero. Si lo hace porque el rival ha sido mejor, ese "quemazón" es más intenso. Si la derrota es consecuencia de un mal partido de los nuestros, mi situación pasa a ser insoportable, o eso creía. Y si cualquiera de estos sucesos ocurren contra el barza..., el suplicio se eleva a la enésima potencia.
   Y qué significa "o eso creía"?. Pues que nunca, nunca, vi algo ni remotamente parecido a lo acontecido en el último derbi disputado en el Bernabéu contra la basura azulgrana. No es sólo que fueran infinitamente superiores, que lo fueron, hasta cotas jamás vistas ni tan siquiera pensadas. Sino que los nuestros fueron unos peleles en todos y cada uno de los aspectos a tener en cuenta en cualquier encuentro. Desde un entrenador que lo único que hace, o eso parece por sus progresos y resultados, es dibujar monigotes en su eterno cuadernito, hasta unos jugadores que no sabían que hacer, o no podían o no querían o yo que sé. Ni un gramo de algo decente hicieron más allá del minuto 3.
     Poco después jugamos contra el Eibar... y poco, muy poco ofrecimos, si es que lo llegamos a hacer en algún momento.
     Pero visto el horror vivido en Cádiz, lo de el Barcelona es peccata minuta. Bochornoso es quedarse muy corto. Pero no por esta incidencia en si misma, sino porque este último acontecimiento no ha sido más que la punta de un iceberg de increíbles dimensiones que viene por debajo. Lo acontecido en Cádiz ha podido ser un error humano, de previsión, comunicativo, organizativo,... Me da igual, porque en todos esos casos la acción es perdonable. De desastrosas consecuencias, pero perdonable.
    Lo que ya no es tan perdonable es la despedida de Iker, lo de "De Gea", la operación Bernabéu, la salida de Ancelotti, la humillación (y no por el resultado) del 0-4, la paupérrima imagen de nuestro equipo cuando "juega",..., lo de Cádiz,...., el desaguisado deportivo,... Son demasiadas cosas. Y todas ellas hacen que la situación sea no sólo insostenible, sino también, imperdonable.
    Un tal D. Pedro Muñoz Seca, español ilustre y olvidado, como todo buen héroe nacional, creo un género literario llamado astracán. Es el humor en estado puro... e incluso absurdo. Y todo ello no falto de denuncia social. Y particularmente creo que D. Florentino Pérez es un gran ídolo de este género literario. Tanto, que lo lleva a la práctica de una manera sublime en nuestro Real Madrid.
    Díganme ustedes si no piensan que en las oficinas del Bernabéu pasa algo parecido a esto:

https://www.youtube.com/watch?v=YIU5J5f7joU

    Sea como fuere, desde hace unos años el Real Madrid es un desastre. Hay demasiados factores sin lógica que afectan a esta ecuación. En lo puramente deportivo vamos dando bandazos sin sentido alguno. Pasamos de un estilo a otro sin la menor coherencia y peor aún, sin adaptar la plantilla a ese estilo.
   Con Mou como entrenador, aunque no de manera perfecta, si había cierta lógica entre los fichajes y el estilo de juego. Apenas jugadores del centro del campo para unas contras fulgurantes y sin retardos innecesarios. De golpe y porrazo se fichó a Ancelotti que quería un fútbol control. El Madrid fichó a muy buenos centro-campistas pero sus baluartes ofensivos (CR7 y Bale) eran lo más opuesto que había para ese sistema. Ellos necesitan espacio y velocidad. Ambas cosas se pierden con un fútbol de toque. Todo hacía pensar que Ancelotti estaría mucho tiempo comandando nuestras filas, especialmente tras la exquisita primera vuelta (hasta el puñetero mundialito) que hicimos el año pasado. Un fútbol mágico y con excelentes resultados, a pesar de lo poco simbiótico de su plantilla. Pero una paupérrima planificación de la temporada, una absurda carencia de sustituciones durante los partidos y el consiguiente desgaste físico, provocó que el italiano finalmente se marchara, para variar, por la puerta de atrás. Para sorpresa (creo) de propios y extraños, se fichó a Benitez como sustituto. La última, mejor dicho, penúltima gran ofensa a nuestro honor e idiosincrasia. Mi estupor fue mayúscula cuando me enteré. Un entrenador defensivo para una plantilla pura y netamente ofensiva y lo que es aún peor, para entrenar al Real Madrid. Pocos insultos más grandes ha recibido nuestra afición. El Real Madrid no se hizo grande jugando a la defensiva. El Real Madrid por concepto, honor e historia ha de atacar. Esto es innegociable.
   Reconozco que llegué a pensar que Benitez, siendo un hombre de la casa, cambiaría su librillo. Pero no, fueron pasando los partidos y mi inicial estupidez confiando en que primero quería asentar los conceptos defensivos para luego pasar a los ofensivos se transformó en cordura, impotencia y mala leche. Lo que el Real Madrid ofrece a sus seguidores es una aberración, ya no sólo porque no le salgan las cosas, sino también por concepto.
   Reconozco que me siento orgulloso de que nuestro club haga "jugadores universales". Pocos, de hecho casi ningún jugador salido de la famosa cantera azulgrana triunfan más allá de su equipo o como mal menor, de equipos que juegan igual. En cambio, un alto porcentaje de los equipos de la liga y extranjeros, tienen como columna vertebral a jugadores salidos de la cantera blanca. Esto está muy bien, repito, pero lo dicho no quita que debiéramos tener un sistema de juego como referente. No en plan obsesivo como el barcelona, pero si orientativo.
    La ventaja del sistema aplicado en la Ciudad Condal es que un jugador con 13 años, habiendo estado en la cantera apenas 2 años, ya tiene marcados a sangre y fuego y realiza a la perfección los movimientos básicos de su táctica deportiva, de ahí que les sea mucho más fácil llegar al equipo "de los mayores". La desventaja..., que como les pillen "el truco"..., algunos años de zozobra suelen sufrir. Además de que o llegan a la primera plantilla, o más les vale que hayan aprovechado el tiempo y estudiado algo si quieren tener futuro más allá del fútbol, porque en este, poco o nada.
    El Real Madrid es un club más polivalente. Más adaptativo. Pero por mucho que nuestros jugadores sean "más renacentistas", no pueden hacer milagros. En 3 años se ha pasado de un juego a la contra, a uno de toque, para finalmente acabar a la defensiva. Y todo esto con una plantilla formada por gente atacante, incluidos la mayoría de los defensas. Alguien encuentra coherente estos movimientos?.
    Pues señores, de todo esto no tiene la culpa ni los jugadores, ni el entrenador, ni nada parecido. Lo tiene una directiva completamente perdida y carente de ideas. Que va parcheando sin sentido alguno y que últimamente lo único que estamos haciendo es recoger lo que ellos han plantado.
   Odio lo que nos ofrece Benitez, pero le ficharon para que hiciese algo sin las herramientas adecuadas. No obstante, si mirara los encuentros y dejara de escribir a su prima en la libretita, se daría cuenta que esa plantilla no está hecha para su lamentable sistema de juego. Pero este no es el único problema, el Real Madrid lleva arrastrando otro desde hace muchísimos años. Muchos grandes jugadores, mucho renombre..., pero ninguno juega en su sitio. Sólo el portero y los defensas. De ahí en adelante..., nada de nada. Kross más retrasado, Isco en una banda, Modric por delante de Kross, CR7 por la derecha, Bale de media punta,. Benzema de delantero, James por las bandas,... pero esto que leches es?. Por muy buenos que sean los jugadores, sino juegan donde mejor rinden, nunca sacarán el 100% de su rendimiento y en algunos casos no llegará ni al 30%. Arremetí, arremeto y tiene pinta que arremeteré contra el negado de Bale desde que llegó, y aunque sigo pensando que su potencial es inmejorable, hasta la fecha no merecería ni jugar en una división regional. Pero si bien no ha demostrado una mierda y es uno de los jugadores más patéticos (aunque siga convencido de que es un crack que no acaba de explotar, bueno, de explotar, ni tan siquiera de encender la mecha) que jamás han vestido nuestra camiseta, no es menos cierto que no ha jugado, salvo escasos minutos, en su posición. Y como él, otros 5 jugadores titulares más. Así nos fue, nos está yendo y nos irá.
    No cabe duda que D. Florentino ha dado mucho al Real Madrid, pero también ha quitado, y sobretodo ha deshumanizado al club. Para él es una empresa más, pero no es así. Todo lo trata como mercancía, pero no se da cuenta que lo más importante es el factor humano. Los sentimientos, ya no sólo de unos aficionados que sienten al equipo como algo privado, algo fundamental de su ser, algo a lo que pertenecer, sino de sus trabajadores. Si para él esto es una empresa más, mejor que se vaya, porque imagino que siendo su referente una compañía constructora, no le parecerá mal vender y comprar camiones, excavadoras, cemento y demás. Hacer transacciones, inversiones, "jugar" con las acciones,... y más, mucho más. Pero es que en lo que afecta a nuestro club, la mano de obra y los activos son principalmente humanos y no me refiero sólo a los jugadores. Pero centrándome en ellos y especialmente en la primera plantilla..., qué puede pensar un jugador que ha visto irse como lo ha hecho a Raúl?, a Iker?,.... Pues eso, que son objetos. Y yo a un ser humano si le veo involucrarse en un sentimiento, en una forma de ver el deporte y la vida. A una hormigonera no. Y les tratan como a hormigoneras. Y no nos olvidemos que un gran porcentaje de nuestra plantilla son mercenarios. Y no se tomen este término como algo despectivo. Hubo, hay y habrá mercenarios con un fuerte concepto de honor y fidelidad. Y muchos de ellos acaban simpatizando más con esa idea, ese país, ese ejército o lo que sea, que los propios oriundos. Diría más, nuestro mundo no sería como es, de no ser gracias a un gran número de mercenarios que sirvieron con honor por dinero, sentimiento o ambas cosas, en todos los ámbitos y clases sociales a lo largo de la Historia a miles de reyes, nobles, ideólogos, ideas, pueblos y naciones. Pero si te tratan como mercancía, actúas como mercancía, lo que hace imposible cualquier clase de empatía, con todo lo que esto puede llegar a suponer.
    Y para colmo de males, el presidente ni da su brazo a torcer, ni sigue reconociendo sus numerosos errores. Muy señor mio, asúmalo, reconózcalo; cambie lo que tenga que cambiar y deje de buscar excusas a lo inexcusable.
    Con la ley en la mano nos han expulsado, como así hoy mismo (05-12-2015) se ha informado, de la Copa de Su Majestad el Rey. La ley hay que cumplirla, acatarla y punto. Déjese ya de recursos y demás memeces. Bastante vergüenza sentimos, como para remover más la basura..., sin razón. La hemos cagado. Se pide perdón y punto final. Si es que por una vez hasta ese enfermo, como tantos otros, de Piqué y el mentecato de Alves tienen razón en reírse y mofarse. Y eso que ellos están rodeados de verdaderos delincuentes, tanto en sus oficinas, como en su vestuario.
     Pero como dije al principio, este desliz de la Copa es lo de menos y apenas me preocupa. Por lo menos si lo comparo con el resto de "sucesos extraños" que ocurren por las oficinas del Bernabéu.
   No sé, puestos a pensar... estaría genial tener en mi librería junto a "La Venganza de Don Mendo", "El Presidente Florentino".