Creo que a los aficionados al fútbol en general, no necesariamente de estos dos equipos, les habrá gustado lo visto. Ha sido entretenido, vibrante y en ciertos momentos magnífico.
Ambos equipos han mostrado sus armas: verticalidad, ataque, velocidad, "miles" de ocasiones marradas, locura, anarquía "premeditada", falta de control,... en los blancos y toque, búsqueda de posesión, en momentos aburrimiento y en la primera parte 100 % de acierto de cara a portería de los azulgranas.
Empezó bien el Madrid, con un planteamiento muy distinto al del partido de ida, sobretodo por adelantar las líneas unos 20 metros. Dominábamos, creábamos ocasiones y no dejábamos al Barcelona ni jugar, ni mucho menos crear ninguna ocasión.
Estuvieron a nuestra merced y de no ser por la mala puntería de Higuaín y de un gran Víctor Valdés, la primera parte hubiera terminado con un "escaso" 3 ó 4-0. Escaso no por nada en especial, sino en relación a su rival. Y es que tras tener en los primeros 45 minutos 9 clarísimas ocasiones, meter dos goles entra dentro de lo normal, aunque más lo hubiera sido meter 3. El problema viene que se enfrentaron al equipo con más suerte del mundo y en el partido de hoy la situación no ha variado. El primer tiro del Barcelona fue en el minuto 44 y como consecuencia de una falta que el dopado lanzó magníficamente, acabando en el fondo de las mallas. Lo llevo diciendo varios años atrás, el equipo catalán debería estudiarse en matemáticas, concrétamente en la rama de estadística, pues es la excepción que confirma la regla. Es imposible que en los últimos 5 ó 6 años su primer tiro acabe en gol en el 98% de los partidos. Repito, imposible. Pero así es.
Si en el partido de ida el Barcelona nos pasó por encima en la primera parte, mucho menos en la segunda, en la vuelta y concretamente en la primera parte, somos nosotros quienes les barrimos, igualándose las fuerzas en la segunda, con buenas ocasiones para ambos.
Curioso es que cuando el Barcelona ha estado con los 11 jugadores antes de la justa expulsión de Adriano ha sido cuando más dominado y maniatado ha estado. Ya con 10 y especialmente en la segunda parte, han podido utilizar más sus armas y el partido se ha igualado notablemente. Si esto fue consecuencia de una orden de Mou al estar con el marcador a favor y para buscar un contraataque que diera la estocada al equipo de la Ciudad Condal, o porque lo lograron por sí mismos, es algo que no he logrado descifrar.
Sumados los 180 minutos ambos debieron haber ganado la super-copa, pero la ganamos nosotros con justicia, la misma que si la hubiéramos perdido. El resultado combinado fue un gran 4-4, que por el valor doble de los goles en campo contrario hacen campeón al Real Madrid.
Espero que no se crean que me ha dado un ataque y que defiendo al Barcelona, porque les puedo asegurar (y antes muerto que lo contrario), que no es así. Pero dentro de mi madridismo exacerbado, intento ser lo más justo posible y coherente en relación a lo que veo y a lo que yo entiendo que es el fútbol. He dicho y me reitero, que ese barza tan laureado por medios y sobretodo mediocres, aburría a un muerto, era infumable y ganaba principalmente por tres motivos, los arbitrajes, la suerte y alguna que otra vez por merecimiento y casi siempre por todas mezcladas. Por ese estricto orden. También he comentado que el Barcelona del año pasado me gustó mucho más, pues atacaba más y su famoso "tiqui-taca" era en las inmediaciones del área rival y no en la suya como acostumbraba antes. El actual creo que es una mezcla de ambos, no ataca tanto, su posesión no es en las inmediaciones de la portería rival, pero tampoco en su área. Han pasado de que el jugador que más toca el balón sea Puyol a que sea Busquets, pasando por el Iniesta del año pasado. Aún así, en muchas ocasiones esa posesión aburre a un muerto, como antaño, con continuos balones a la defensa y posesión estéril.
Volviendo a nuestro equipo diré que si bien ganamos a un buen Barcelona, cometimos varios errores individuales que pudieron salir caros. Para empezar el Pipita: sigue siendo el jugador que más ocasiones se fabrica (cosa más que loable), pero el que más falla. Dí María excesivamente chupón. Özil extremadamente intermitente. Los defensores en ocasiones muy nerviosos a la hora de sacar el balón. Gol que nos han metido en jugada a balón parado,... y todo esto para variar, pues estas pegas se llevan repitiendo desde hace 3 años. Da la sensación que físicamente estamos al 70 % y eso condiciona mucho nuestro rendimiento. Conforme pasen las jornadas no me cabe duda que iremos a más.
Destacar también el estreno de los fichajes de ambos equipos, especialmente y más sorprendente por el escaso tiempo que lleva con nosotros, el de Modric. No tuvo tiempo para hacer prácticamente nada, pero aportó movilidad, apoyos, ideas y buena distribución del balón. Fue valiente, se ofrecía constantemente a los compañeros y defendía. Jugó más adelantado de lo que yo pensaba que lo haría, sustituyendo a Özil, pero dio muy buenas sensaciones.
Finalizado el encuentro llegó la entrega de la copa y reconozco el buen hacer azulgrana por esperar en el campo la entrega de la misma, cosa que por desgracia (falta de caballerosidad) no hicieron los nuestros el año pasado.
Después y como no podía ser de otra manera las declaraciones de los jugadores y entrenadores. No le voy a restar méritos a los barcelonistas, pero no sé que partido vivieron, pues según ellos fueron mejores que nosotros, tuvieron más oportunidades y los goles blancos fueron en jugadas aisladas. Pues si eso es así, no entiendo porque el encuentro acabó con 14 claras ocasiones blancas y 6 azulgranas. Bueno, ya los conocemos. Ellos inventaron la pelota, el fútbol, los goles, el jugar bien, los uniformes, al ser humano,... Dios, perdónales, porque no saben lo que dicen.
Del árbitro se puede decir que sólo erró en jugadas puntuales y que en lo principal y en la mayoría de las cosas acertó, aunque se le fue la mano con alguna tarjeta que otra. Es curioso que en aquellos partidos en que los árbitros tienen errores comprensibles y no descarados e imparciales, el Real Madrid ha ganado.
Ya sólo queda agradecerles a ambos el partido realizado. Un digno espectáculo.
Volviendo a nuestro equipo diré que si bien ganamos a un buen Barcelona, cometimos varios errores individuales que pudieron salir caros. Para empezar el Pipita: sigue siendo el jugador que más ocasiones se fabrica (cosa más que loable), pero el que más falla. Dí María excesivamente chupón. Özil extremadamente intermitente. Los defensores en ocasiones muy nerviosos a la hora de sacar el balón. Gol que nos han metido en jugada a balón parado,... y todo esto para variar, pues estas pegas se llevan repitiendo desde hace 3 años. Da la sensación que físicamente estamos al 70 % y eso condiciona mucho nuestro rendimiento. Conforme pasen las jornadas no me cabe duda que iremos a más.
Destacar también el estreno de los fichajes de ambos equipos, especialmente y más sorprendente por el escaso tiempo que lleva con nosotros, el de Modric. No tuvo tiempo para hacer prácticamente nada, pero aportó movilidad, apoyos, ideas y buena distribución del balón. Fue valiente, se ofrecía constantemente a los compañeros y defendía. Jugó más adelantado de lo que yo pensaba que lo haría, sustituyendo a Özil, pero dio muy buenas sensaciones.
Finalizado el encuentro llegó la entrega de la copa y reconozco el buen hacer azulgrana por esperar en el campo la entrega de la misma, cosa que por desgracia (falta de caballerosidad) no hicieron los nuestros el año pasado.
Después y como no podía ser de otra manera las declaraciones de los jugadores y entrenadores. No le voy a restar méritos a los barcelonistas, pero no sé que partido vivieron, pues según ellos fueron mejores que nosotros, tuvieron más oportunidades y los goles blancos fueron en jugadas aisladas. Pues si eso es así, no entiendo porque el encuentro acabó con 14 claras ocasiones blancas y 6 azulgranas. Bueno, ya los conocemos. Ellos inventaron la pelota, el fútbol, los goles, el jugar bien, los uniformes, al ser humano,... Dios, perdónales, porque no saben lo que dicen.
Del árbitro se puede decir que sólo erró en jugadas puntuales y que en lo principal y en la mayoría de las cosas acertó, aunque se le fue la mano con alguna tarjeta que otra. Es curioso que en aquellos partidos en que los árbitros tienen errores comprensibles y no descarados e imparciales, el Real Madrid ha ganado.
Ya sólo queda agradecerles a ambos el partido realizado. Un digno espectáculo.