Ayer nuestro equipo disputó su partido contra el Apoel de Nicosia (Chipre). Teóricamente era un rival asequible y resultó ser un rival asequible. Es lo que tiene el fútbol, suele ser tan ilógico que la sorpresa fue que todo siguiera el guión establecido.
No sabría muy bien si definir el encuentro como un partido de fútbol propiamente dicho. A mi me pareció un grupo de futbolistas que intentaban mover el balón contra otro grupo de hombres en estampida cuya única misión era impedir que los primeros lograran moverlo.
En su defensa diré cuatro cosas: la primera que son un portento físico, la segunda que nos costó mucho meter el primer gol (increíble lo que falló Benzemá en la primera parte), la tercera que salvo una entrada a las costillas contra el 20 madridista, su comportamiento no fue para nada violento y si bien alguna tarjeta les debieron mostrar, era por reiteración y no por las brusquedad de las mismas y por último que algunas de sus contras si fueron buenas y sólo la buena actuación defensiva evitó algún susto.
A escasos minutos del inicio del partido pensé que con esa anárquica y exhaustiva presión suya en el minuto 20 estarían K.O., del 20 pasó al 30 y del 30 al 35 en el que si se notó un bajón en sus alocadas carreras, pero éstas siguieron realizándose.
A favor de los nuestros diré que por fin jugaron un partido inteligente. Quiero dejar constancia que soy un amante del "todo al ataque", pero reconozco que esta política nos ha costado más de un disgusto. Ayer en cambio salieron a controlar el partido, a controlarlo y buscar ocasiones, pero en ese estricto orden, justo al contrario de lo que acostumbran. Como consecuencia de ello el Apoel fue una comparsa haciendo kilómetros sin descanso detrás de un esférico que prácticamente ni olían. También es destacable la confianza mostrada, pues viendo que el gol no llegaba no se inmutaban y seguían jugando igual, mareando al rival y soltando, que no alcanzando, zarpazos a la menor oportunidad. Lo intentábamos de todas las maneras posibles, por alto, bajo, desde lejos, desde el área, con triangulaciones rápidas, con pases largos,... pero nada, la pelotita no entraba.
No entraba hasta que entró (cerca del minuto 75). La efectividad coincidió con la entrada en el terreno de juego de Kaká y Marcelo haciendo algo más incisivo nuestro juego. Desde este momento dio la sensación que ya entraría todo y aunque no en sentido estricto, casi fue así. Llegaron otros 2 más, dejando el resultado en un claro 0-3 que nos deja pie y 3/4 en las semifinales de la Copa de Europa (que asco eso de "champions league"). Como esto es fútbol no puedo compartir la opinión de Mou en la que ha venido a decir que se ha terminado la eliminatoria, lo grande de este deporte son "los milagros" que se han realizado jugándolo, pero no es menos cierto que si nos eliminan ese hecho entrará en los anales de la historia. Y no sólo deportiva.
No quisiera dejar pasar la oportunidad de hablar de Sahín. Como en las pocas ocasiones que le he visto jugar con anterioridad me gustó. Fue de menos a más, para mantenerse en un más latente pero poco vistoso juego. Empezó timorato, sin arriesgar (donde juega es lo que tiene que hacer) nada y haciendo pases fáciles. Colaboró mucho en el "mareo" inicial al rival. Poco a poco se fue entonando y empezó a participar más activamente en la creación de jugadas de ataque e incluso intervino dando el pase de la muerte dentro de el área rival en la mejor realizada, esa que incomprensiblemente marró el francés madridista. Poco a poco también se fue prodigando en los pases largos, y su precisión fue altísima, pues iban perfectamente dirigidos y templados, fallando sólo a la hora de elegir el momento exacto, pues si bien la visión de juego fue muy buena, los hacía con esas décimas de segundo tarde que hacen que el defensa se dé cuenta y cubra al receptor del pase. Imagino que con unos pocos más de minutos sobre el terreno de juego en partidos de verdad ganará esas décimas. En la segunda parte se le vio menos, pero realizó de manera notable ese trabajo tan necesario para el equipo aunque tan poco vistoso, cuyo maestro Xabi Alonso sabe hacer tan bien. De momento me quedo con su inteligencia a la hora de mover el balón, su trabajo y su precisión. Muy buena pinta.
Volviendo al partido y como no podía ser de otra forma, hubo alguna que otra cosa negativa. Pero de ellas me quedó con las dificultades que un sólo hombre creó a 3 cuando no los 4 defensas de nuestro equipo. Porque en ataque sólo tenía eso, un hombre en punta... y a rezar. Siempre salimos indemnes de sus acciones de ataque, pero me resultó muy extraño que nos causaran menos problemas sus buenas contras, que sus ataques individuales, siendo necesario que todos los defensores acudieran para quitar el balón a Ailton, su aislado atacante. Recuerdo especialmente una jugada por la banda izquierda en la segunda parte hecha por el referido que ya la quisiera para sí Maradona. Yéndose en apenas 5 metros de 3 defensas y teniendo que ser derribado por un cuarto cuando ya se iba hacia el área de Casillas. Pero bueno, fueron acciones tan aisladas que casi no merece la pena comentarlas.
Lo dicho, pase a semifinales casi finiquitado contra un rival con mucha física..., pero sin química.