El fútbol asquea porque se ha instaurado, definitivamente, "el todo vale" para sacar un punto (que decir si se pueden conseguir los 3).
Ya es normal, sólo hay que ver las declaraciones del entrenador del Depor tras su partido contra el Atlético, que desde un club (todos diría yo) se instaure que la estafa de la pérdida de tiempo sea algo normal e incluso defendible. Y todo con el pleno consentimiento del colectivo arbitral.
Es una estafa en toda regla. Una estafa a aquellos que pagan un pastizal como abonados, socios y aficionados que pagan sus entradas. Una estafa para aquellos que no consiguen ir al campo y se lo gastan en alquilar los partidos en la televisión, o en ir a verlos a los bares. Una estafa porque se paga por ver un supuesto espectáculo que dura 90 minutos. 90 minutos y no 50 como esos patéticos clubs consiguen a base de triquiñuelas, fingir, saques eternos,... Una estafa que debía de estar penada.
Lo que hizo el Depor fue lamentable. Lo que hizo el Villarreal en el Bernabéu un insulto a la cordura, al honor y al deporte. Un auténtico fraude del que se regocijan sin el menor rubor y del que aparentemente, se sienten muy orgullosos. Y todo, repito, con la complicidad y simpatía de un colectivo arbitral que es, en términos jurídicos, un colaborador necesario para tan hecho delictivo.
Pero hoy no pensaba escribir sobre lo relatado, pensaba hacerlo sobre lo triste que es el Real Madrid. Y digo triste porque me apena enormemente lo que veo, pero sobretodo lo que me hace sentir.
Me hicieron gracia, maldita gracia, los primeros encuentros disputados esta temporada. Partidos que ganamos a la "heroica", en el último minutos. Los medios y los aficionados se relamían, mientras yo despotricaba. Despotricaba por el bajo favor que se hace a nuestro equipo alabando esa actitud. Me cabreaba porque se menosprecian las antiguas noches mágicas, las de verdad. Aquellas de acciones imposibles y victorias inverosímiles. Esas que ocurrían tras un mal partido en la ida, y un milagro trabajado en la vuelta. Esas que partían de reconocer primero los errores cometidos, y después arreglarlos a base de calidad y cojon...
Esto puede ocurrir 1 vez en la temporada, pongamos 2. Pero en todos los partidos..., no. Eso es intolerable en nuestro equipo. Reconozco que contra Las Palmas tuvimos muy mala suerte, ya que por ocasiones debimos haber ganado por goleada. Pero la primera parte contra el Villarreal fue paupérrima y si bien en la segunda se arregló mucho la situación (tampoco era muy difícil) y por ocasiones pudo ocurrir lo mismo que debió hacerlo contra Las Palmas, al final cayó un empate tan injusto, como buscado. Y es que tirar por el sumidero 45 minutos, es buscar una derrota o un empate. Y que nadie se lleve a error, el Madrid, sumando minutos, lleva 3 partidos enteros ahogándose en el retrete.
Hoy, contra el Borussia tanto de lo mismo, pero más repartido. Tan pronto controlaba, como se perdía. A mi juicio, por mucho que me pese, los alemanes fueron mejores, si bien, peligro real, lo que se dice real, muy poco tuvieron. No obstante estuvieron mejor colocados, mucho mejor colocados. Y sobre todo con más confianza y ganas.
El Real Madrid tuvo una actitud de soberbia impropia. Daba la sensación que pensaba que lo tenía todo controlado, pues en cuanto se ponía por delante en el marcador, se dejaba comer, literalmente, por los amarillos. Ellos empezaron, como debe ser según la tradición alemana, muy fuertes. Poco a poco el Madrid fue cogiendo las riendas y llegó nuestro gol. Quedaron los teutones algo tambaleantes hasta que volvieron a encajar su maltrecha mandíbula. Mientras tanto el Real Madrid a "verlas venir". Y claro, tanto esperaron a no hacer nada, que a escasos segundos del final de la primera parte encajamos el empate. Un empate provocado, como tantos otros durante esta temporada, tras unos fallos infantiles impropios de unos profesionales que militan en el Real Madrid.
En cambio ellos, con una edad media más próxima a la de unos canteranos que a las de futbolistas del primer equipo, se llevaban el 95 % de los rebotes, tanto por iniciativa, ganas y fuerza, como por colocación sobre el terreno de juego. No fallaban como novatos, y como si hicieron gente como Sergio Ramos, Varane, Keylor, Bale, Benzema, CR7,... Se puede ver un par de errores de esos en 90 minutos. Pero tantos y de tantos jugadores distintos..., es imperdonable. Sergio Ramos no sé en que piensa esta temporada, pero a base de estupidas acciones y provocación de penaltis infantiles nos está jorobando pero bien. Varane, un jugador que me encanta, lleva cometiendo errores de neonato partido tras partido. El despeje de Keylor en su primer gol..., sin comentarios. En este último encuentro, además de lo descrito anteriormente sobre Sergio y Varane, los estúpidos tropezones de Benzema y su escasa coordinación, las torpes acciones de Bale, los errores de Cr 7,..., Es que incluso las grandes acciones por idea, acabaron en desastre por premeditadas o mal ejecutadas. En este caso concreto me refiero a 5 ó 6 contras que hicieron los nuestros magníficamente ideadas en la primera parte, pero tristemente ejecutadas. Buenos movimientos de los delanteros, excelente visión de juego de los defensas o medios..., y lamentable realización del pase...o tropiezos idiotas de los delanteros. Eran acciones que dejaban al delantero sólo contra el portero, o en el peor de los casos a la defensa rival en notable minoría en relación al número de atacantes blancos. Pues nada, tras hacerlo e idearlo todo a la perfección, marraban en el pase. Pero no eran errores asimilables, más allá de que no siempre puede salir todo a la perfección, eran garrafales. Vamos, que en el mejor de los casos el balón pasaba a 50 metros de los que debían recepcionarlos. En otras ocasiones se tardaba en demasía en soltar el balón, o se ejecutaba con demasiada precipitación. Una pena tan triste como desastrosa viendo el resultado final. Sólo un poco más de paciencia, o un nivel de ejecución en el pase de niños de 5 años hubiera provocado un resultado a favor escandaloso. Y eso sin realizar un gran partido. Quizás este era el gran plan de Zidane para este partido y le hubiera salido a la perfección de no ser por los errores de párvulos de los suyos.
La segunda parte empezó algo mejor. El Madrid por fin había cogido las riendas del partido y jugaba como quería, llegando a encerrar a los alemanes. Todo iba bien y en tendencia ascendente hasta que nuevamente metimos el gol. Y como viene siendo habitual últimamente..., nos dejamos comer la tostada nuevamente y pasamos de marionetista, a marioneta. Si miran o conocen el resultado final, sabrán las consecuencias, como en tantos partidos anteriores de esta temporada, que trajo consigo ese cambio.
En cambio los alemanes, "niñatos" en su mayoría, sabían a lo que jugaban. Y no sólo lo sabían, sino que lo ejecutaban maravillosamente bien. Eran jóvenes con una ilusión de niños y un buen hacer digno de la experiencia y preparación de los adultos.
El Real Madrid pecó de infantil en muchas acciones y de carcamales aposentados en otras. Y es que los nuestros no se están enterando de que el fútbol profesional es para jóvenes adultos.
La segunda parte empezó algo mejor. El Madrid por fin había cogido las riendas del partido y jugaba como quería, llegando a encerrar a los alemanes. Todo iba bien y en tendencia ascendente hasta que nuevamente metimos el gol. Y como viene siendo habitual últimamente..., nos dejamos comer la tostada nuevamente y pasamos de marionetista, a marioneta. Si miran o conocen el resultado final, sabrán las consecuencias, como en tantos partidos anteriores de esta temporada, que trajo consigo ese cambio.
En cambio los alemanes, "niñatos" en su mayoría, sabían a lo que jugaban. Y no sólo lo sabían, sino que lo ejecutaban maravillosamente bien. Eran jóvenes con una ilusión de niños y un buen hacer digno de la experiencia y preparación de los adultos.
El Real Madrid pecó de infantil en muchas acciones y de carcamales aposentados en otras. Y es que los nuestros no se están enterando de que el fútbol profesional es para jóvenes adultos.