Ayer en el Bernabéu no pasó exactamente eso, pues la victoria fue más que justa por parte de nuestras huestes, pero casi. Y casi porque el resultado no fue justo, más que para nosotros, para el pobre Basilea. Mereció más.
Fue un equipo que me gustó mucho. Con más clase de lo que su nombre nos indica y un contra-ataque a la altura de los mejores. Es en esas lides en donde más destaca, mueve el balón a una velocidad increíble, con cordura y siempre hacia la mejor opción. Estoy convencido de que va a dar más de un susto. Por desgracia, para mi orgullo, rara vez acierto.
En defensa se cierran mucho mejor de lo que el resultado hace pensar, si bien si hubo un antes y un después de nuestro primer gol, provocando que se abrieran un poco más. Fueron valientes, no alocados. Sabían lo que tenían que hacer y como. Un dignísimo rival.
Y nuestro equipo?. Pues de más a menos, como últimamente nos tiene acostumbrado. Si es por cansancio físico, decisión técnica, exceso de confianza,... sólo ellos lo saben con certeza.
Tuvimos la mayor parte del partido controlado, pero sus contras nos pusieron en más de un aprieto..., y 5. Además, durante unos pocos minutos incluso movieron el balón con muchísima soltura y fuimos nosotros los que jugamos a su son.
De nuestros jugadores me encantó Nacho, Modic y James. Especialmente el primero. Los otros dos mejoraron notablemente en relación a sus últimas actuaciones, sin hacer nada realmente espectacular, pero con un trabajo y forma de jugar que se tornó básica para la consecución de la victoria. Especialmente a la hora de mover y distribuir la pelota.
Pero, y enlazando con el primer párrafo, como en el mundo del fútbol también existe la prensa y no hay nada en el mundo más resultadista, ahora resulta que hemos jugado muy bien, que si "un manotazo", "respuesta a la crisis",... patrañas. Yo no vi diferencia alguna con el partido liguero de este fin de semana pasado. Ah, si!, que el balón cruzó la raya. Punto, esas es la única diferencia entre jugar estupendamente y hacerlo fatal. Que en 90 minutos disputados, durante 4 segundos (lo que tarda de media un disparo en entrar a la portería) la pelotita entre en 4 ocasiones. Una valoración muy justa, si señores. Entre el partido del Atlético y este sólo hubo un par de diferencias: un equipo distinto y que se mereció más por juego, valetía y número de ocasiones y que marcamos los goles. En lo demás todo fue prácticamente clavado. Algún día, quizás algún día, se podrá discernir entre jugar bien (o mal) y marcar los goles, que no siempre van de la mano.
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