Llevo meses, si bien apenas escribo, criticando "el juego" del Madrid. Y pongo "el juego" entre comillas porque la realidad es que no sé a que juega.
En ocasiones pienso que su estrategia es cansar al rival, para machacarle en los últimos minutos en que no pueden con su alma. Es tan irracional y triste que lucho por pensar que no es así, pero cada día tengo más argumentos para opinar que si es esa la táctica a emplear.
Pocos, muy pocos partidos he visto al Real Madrid jugar a algo parecido a un partido hecho por profesionales, o por lo menos teniendo un concepto claro de lo que deben hacer, aparte de que esto salga o no. Y menos aún he podido vislumbrar un partido en que hayan jugado realmente bien durante los 90 minutos, o para no ser muy exigente, más allá de 30 minutos.
Es verdad que somos líderes de la liga, estamos clasificados en la Champions, pero..., hasta cuando?. Mi único consuelo es que nuestros rivales andan más o menos igual de perdidos, salvo el Sevilla, que aunque en horas bajas, tiene muy claros sus conceptos, y en menor medida el Atlético. Mal y vago consuelo.
El partido de hoy tanto de lo mismo. Un Real Madrid que fue de regular a mal. Una primera parte mediocre a la que se añade una segunda deplorable, y aún así ganamos 3-0. Cada día entiendo menos este deporte, más que nada porque esto viene siendo habitual, y no una excepción como solía. Antes había que jugar a algo, o bien, para ganar, y sorpresivamente cuando se jugaba mal se triunfaba. Los tiempos están cambiando.
En un partido tan especial como el de hoy, en el que se cumple el 25 aniversario del desgraciado fallecimiento del gran Juan Gómez "Juanito", ver al equipo de sus amores deambular por su sagrado campo ha debido de causarle más de un disgusto, bravatas e improperios dignos de ese dios que ha sentido y siente y ama con el corazón ese escudo tan sagrado. Él, que era capaz de morir por esos colores y valores que el imbécil del acomplejado culé envidia, ha debido de sentirse muy dolido viendo como unos zombies con camisetas blancas enarbolaban el estandarte que antes se defendía con sangre si fuera necesario.
Que fuera Benzema el jugador más destacado por "su ardor" y ganas de hacer cosas, dice muy poco sobre el resto.
Pero por ser precisamente hoy el día que es, un día que habría que declarar sagrado, intentaré no hablar más sobre lo vivido hoy en el Bernabéu, no sea que esta noche , y en defensa de su familia blanca, salga de mi propio corazón y venga a por mí para limpiar el glorioso nombre del Real Madrid que he mancillado.
Y que feliz sería yo!.
No te olvidamos!.
Illa, Illa, Illa, Juanito Maravilla!.
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