Si señoras y señores, pido perdón. Pido perdón porque en un día tan especial, tras un partido tan bueno de nuestro equipo, hoy no voy a hablar apenas del encuentro. Un encuentro que pudiera resumir en un escueto: muy buenos primeros 15 minutos, buenos los restantes hasta el intermedio y buenísima segunda parte. Todos hicieron lo que se espera de ellos, aunque hubo un par de graves despistes en la defensa. Por lo demás una nota muy alta para todos, un partido dominado de principio a fin y un resultado que se me antoja corto a raíz de lo visto sobre el campo. Se acabó.
Se acabó porque pasó algo aún más grande que un buen partido que nos pone pie y medio en semifinales (aunque no se lo crean, aún no doy por derrotados a los ingleses). De hecho es algo mucho más grande que cualquier pase a otra fase o ganar cualquier competición. Ayer, día 5 de Abril de 2011 resucitó el Real Madrid, el verdadero Real Madrid. Porque no nos engañemos, el Real Madrid no es un cúmulo de estrellas del balompié, no es una fría cifra estadística sobre títulos, goles y demás. El Real Madrid son millones de personas con una misma pasión, con un mismo sentimiento, una misma locura, un mismo sentir. Es un espejo de nuestra irracionalidad más humana, es la bandera en donde queremos vernos reflejados, es nuestro sueño más oculto que consigue ver la luz, es un ser vivo de cientos de miles de personas. Ayer ese ser vivo despertó, no sé muy bien por qué ni me importa, sólo sé que lo hizo. Hasta este gran día y desde hace muchos años, el corazón de este gran ser estaba prácticamente parado, sólo funcionaba un 5 %, el resto descansaba plácidamente a la espera que algún impulso en forma de gol les hiciera levantarse de sus asientos.
Ayer fue distinto, ayer fue el corazón el que bombeó la sangre necesaria al resto, ayer se volvió a repetir aquello que en tantas otras ocasiones había ocurrido allá por los años 80 y 90 y que tanto echaba de menos y que gracias a Dios puedo decir que viví. Porque les aseguro que aquellos que nunca lo vivieron, nunca podrán saber el verdadero significado de lo ayer vivido. Ayer TODOS fuímos UNO, desde el mayor come pipas octogenario, hasta el más adolescente radical de mis vecinos. Daba igual quién empezara a cantar, y daba igual como lo hiciera ya que el octogenario, bastón en mano, saltaría y gritaría más que cualquiera de los cerca de 90.000 personas que allí estábamos. Daba igual que faltaran 20 minutos para empezar el partido, que éste hubiera acabado, daba igual que doliera la garganta o que ya no tuviéramos voz, todo daba igual, el resto no existía, sólo éramos nosotros, sólo era yo, sólo era el Real Madrid. No era necesario hablar, tampoco había tiempo para hacerlo, yo sabía que sentía y que hacía en ese momento una persona a 115 metros de mí, y a 5 y a 20 y el que tenía al lado y el de detrás, si a cualquiera de ellos le dolía, a mí también, si él lloraba, yo también, si no cabía en sí de gozo, yo ya había explotado. El partido en sí llegó a sobrar, no hacía falta verlo, sólo había que sentirlo. Nunca fueron más nuestros los goles, los pases, las carreras, las entradas, la lucha, la garra, el esfuerzo. Nunca acabé más cansado, pero sobre todo, nunca acabé más orgulloso de "mí trabajo, de mí clasificación".
Cuando MyS02 me dijo que me encarga de relatar hoy la experiencia de este partido he de reconocer que me entró miedo, ¿cómo explicarlo?, ¿cómo intentaba explicarme mi mujer como se sentía estando embarazada? y lo que es peor, ¿qué entendía yo de esa explicación?, ¿qué porcentaje de empatía llegué a alcanzar?. Soy consciente que escaso, muy escaso. No obstante si con mis palabras he conseguido que sólo entiendan el 1 % de lo que yo llegué a sentir, me conformo, me conformo porque sé que en esos instantes han sido felices.
El video está a años luz de reflejar y hacer justicia de lo que realmente ocurría y ocurrió durante más de 110 minutos en el templo blanco, lo siento de corazón. Multipliquen el sonido, los gritos, la expresividad y las sonrisas por un millón y quizás empiecen ha acercarse a la realidad.
Postdata: ¿y qué decir del partido del otro Real Madrid en Milán?. Raúl, el último Dios con las botas puestas del mundo sigue haciendo historia, ¿acaso alguien lo dudaba?. Ayer fueron miles los que no se fueron al baño en el descanso por ver el resumen del entonces Inter 2 - Schalke 2 y otros tantos los que nos quedamos tras el final del partido en el Bernabéu para ver el que finalmente fue 2-5. Raúl también fui yo, él también fue el Real Madrid.
Brutal, sensacional, sublime, espectacular descripción, agoto los adjetivos, leyendo el post he vuelto a recordar momentos de ayer por la noche, cuando subía el volumen del televisor y la envidia me comía por mis adentros.
ResponderEliminarAyer por fin reaccionó, no solo el equipo, también los madridistas.
Sólo un apunte: Sergio Ramos no estuvo fenomenal. Por lo demás, muy buen artículo.
ResponderEliminarNo voy a decir que fuera su mejor partido desde luego, y cuando hablaba de "graves despistes" él estaba por el medio, pero particularmente me preocupó más (aunque poco) la desconcentración de Pepe en algunos momentos del partido y lo mal que sacó el balón. No obstante bajo mi opinión, la nota fue alta para todos, unos mejor y otros peor, pero alta.
ResponderEliminarEl partido fue sublime, no merecia un comentario o un articulo menor, me ha encantado como todos los que adornar este sensacional sitio, vamos Madrid, por mas emociones, se viene un mes crucial. Sepan por alli que a pesar del fanatismo que existe por Messi en estos lados tienen un argentino que estara hinchando con todas sus fuerzas por el Real Madrid.
ResponderEliminarEs verdaderamente maravilloso y un orgullo tus palabras Matías. Entiendo la "Messimanía" en todo el mundo y más en su país, por lo que tu sentir es aún más digno de elogio. Un saludo.
ResponderEliminarEres el puto amo. Los pelos de punta. Casi se me cae alguna que otra lágrima. Eres grande.
ResponderEliminarSaludos desde La Escuadra de Mago
Por cierto, si puedes, métete en mi blog que tengo una gran sorpresa...^^