8 abr 2014

PREDECIBLES.

   Desconozco si es por mi animadversión hacia un alto porcentaje del periodismo por su simple, raquítica y populista interpretación de los partidos.
   Quizás sea, cosa más que probable, que el equivocado esté ahora tecleando el ordenador. 
   Sea como fuere, no me ha gustado el Real Madrid de los 2 últimos encuentros. 
   Es verdad que tanto contra el Borussia como con la Real Sociedad merecimos la victoria. Pero existieron cosas que deben mejorarse urgentemente si finalmente queremos tener aspiraciones a ganar algo. Entre ellas y muy por encima del resto, lo excesivamente predecible que ha sido nuestro juego.
   En ambos partidos se observaba perfectamente que el rival sabía, sin género de dudas, hacia donde se iba a desplazar el balón y nuestros jugadores cuando teníamos la posesión. Era de tal calibre "el don de la adivinación" de los contrincantes, que se adelantaban posicionalmente hablando a nuestras jugadas, incluso con un par de segundos de antelación.
    Sólo la excelente calidad de nuestros jugadores evitó males mayores al realizar pases precisos. Pero esto no es óbice para apreciar que en muchas ocasiones, nuestras jugadas debían empezar "desde cero" constantemente al "cerrarnos la puerta" que intentábamos traspasar con una facilidad pasmosa. Es más, añadiría unos movimientos del rival más ensayados y coordinados que cualquier acto castrense que se precie. Sabían al milímetro y al segundo lo que íbamos a hacer. Y esto es peligroso. Muy peligroso.
    Ahora añadamos la sempiterna escasa puntería, en relación a las ocasiones creadas, y el abuso irracional y normalmente improductivo de los balones largos. Muy especialmente esto último cuando en la mayoría de los casos es Pepe el encargado de hacer esos pases.
    Lo paradójico de esta situación es que contra el Sevilla realizamos en algunos momentos un juego espectacular. Con un control absoluto, infinidad de ocasiones, presión, verticalidad,... ahora bien, a pesar de el gran número de ocasiones, la pelotita se negaba a entrar..., en su portería, pues en la nuestra, con sólo 3 acercamientos... entraron 2 goles. 
    Las alarmas se desataron. La sed de sangre y mentes anodinas del periodismo barato (y mayoritario) empezaron a actuar... y las dudas y las críticas "brotaron" como por arte de magia.
    Pero ganamos 2 importantes partidos con un juego infinitamente más "ramplón", que no por ello necesariamente malo... y volvemos a ser los favoritos a todo. Para mi inexplicables ambas situaciones, más bien, ambas opiniones. Ni lo uno, ni lo otro. Ya vale de exageraciones partidistas. Partiendo de la base que el Real Madrid siempre ha de ser, y es, favorito a todo, hemos perdido partidos jugando muy bien, y ganados otros jugando mal. Esto forma parte del fútbol.
    Hasta la fecha hemos sido justos vencedores, por juego, en nuestros partidos ganados. Y a la vez injustos derrotados, por el mismo motivo, en nuestros encuentros perdidos. Alguna excepción habrá (imagino, aunque ahora no caigo). No obstante me preocupa lo visto en los últimos encuentros, porque mezclando la mala suerte que solemos tener, con la falta de improvisación que últimamente tenemos... a la hora de la verdad lo podemos pasar mal.
     Gracias a Dios y como viene siendo habitual, me suelo equivocar. Pero desde mi punto de vista y si queremos ganar algo, no debemos dejar que nuestros rivales sepan de antemano lo que vamos a hacer.  Porque así ellos pueden tejer a su gusto las trampas en las que caeremos sin lugar a dudas mientras sigamos siendo en nuestro juego tan predecibles. 

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