31 may 2014

RESPECT.

   Veo y siento con asombro la poca importancia que se ha dado, especialmente desde los medios, al doblete cosechado por el Real Madrid. Más concretamente al logro de la décima Copa de Europa.
   Es más, si me apuran, parece que el campeón fue el Atlético de Madrid. 
   Es indiscutible e increíblemente meritoria la temporada del conjunto del Manzanares, pero siento informar que el campeón, por méritos propios y con una superioridad sino aplastante, si notoria, fue el Real Madrid.
   Pero no sólo por haberla ganado, sino por los número ofrecidos. Como en la vida misma, el que obtiene cierto título, trabajo, cargo,... no siempre es el que más lo merece y el fútbol no se escapa a esa desgraciada tendencia.
   El Real Madrid llegó a la final eliminando, entre otros, a una Juve campeona de su liga y que arrasa en la misma, al Schalcke 04, Borussia y Bayern, o lo que es lo mismo, los 3 primeros de la que dicen es la mejor liga o por lo menos la más disputada e igualada de todo el mundo y la que debía de ser la referencia. Eso sin mencionar que el Bayern era el máximo favorito y campeón por aquel entonces. 
    Mientras tanto, los atléticos eliminaron, también entre otros, a un Oporto en horas bajísimas, un Milán que rezaría por estar en horas bajas porque las suyas son subterranéas, un Barcelona de capa caída, y un Chelsea notable por los resultados, pero anodino por juego. Tiene gran valor lo suyo, pero no se puede comparar.
     Ya no sólo eso, los colchoneros marcaron durante la Champions 26 goles, cifra destacable sin duda alguna, pero es que los blancos realizaron 41 dianas. Sólo CR 7 marcó 17 tantos. Es verdad que defensivamente el Atlético fue un portento durante toda la competición, pero esto por si mismo suele decir mucho del juego que realiza.     
    Con la Copa de S.M el Rey se puede hacer un análisis paralelo y apenas diferirá en nada, aunque a decir verdad, los colchoneros tuvieron un calendario más duro por el nombre de los rivales; si bien los nuestros tampoco fueron precisamente almas caritativas con Osasuna y Español de por medio. No obstante, los madridistas eliminaron en semifinales a los roji-blancos con total merecimiento, y después ganaron al barza más que justamente. 
     En liga algo parecido. El Real Madrid consiguió 104 goles, mientras los atléticos 77. Casi todos sus partidos, especialmente los de la segunda vuelta, los ganaron "llorando" y por un escaso 1-0 ó 0-1, pues su juego no era más que correr hasta que aguantan y después a rezar. Todas las alabanzas se las ha llevado Diego Costa, pero el verdadero artífice de las victorias y su mejor jugador en el 99% de sus partidos fue Courtois. Sólo él sostuvo al equipo. Sin él, habrían estado en la parte media-alta de la tabla... y con cierto optimismo. Esto también dice mucho de su juego.
     Pero a pesar de estos contundentes datos, en todos los medios no se escuchan más que alabanzas a Simeone, que sin duda alguna ha cambiado la mentalidad de los suyos y les ha inculcado un espíritu guerrero encomiable, pero que sólo sabe hacer 4 cosas: obligar a los suyos que se dejen el alma, presionar a los árbitros, ensayar jugadas a balón parado y saberse vender. Punto. Nada más. Porque para decir a los suyos: "desfogaros, correr como posesos tras el balón y cuando os canséis ya veremos"..., para eso también valgo yo.
     Es el nuevo Pep. Ya puede hacer lo que quiera, que es el nuevo niñito mimado. Después de las salvajadas que hizo en la final (entrando cuantas veces quiso al campo y arremetiendo contra el árbitro y especialmente contra Varane cuando éste sólo le centró el balón suavemente), la opinión general y que se vende es que fue provocado y su actuación se debe a los nervios. En cambio, que el joven defensa francés, con el partido terminado y tras el cuarto gol le cediera el balón, es una mala acción. Vamos, que el balonazo en la cara que el entrenador argentino le intento dar y su amago de agresión (porque fue parado por los demás) al francés es comprensible. Y encima en la rueda de prensa le aplauden.
    Pensándolo fríamente no es tan sorprendete. Entre otras cosas, Diego Costa debió ser expulsado en infinidad de partidos (por sus agresiones a los árbitros, pues en más de una ocasión llegó a cogerles de la cara, pero éstos no le sacaban ni amarilla), y juego marrullero, pero nunca le pasó nada. Ya ni cuento sus amenazantes protestas a los mismos, que siempre quedaron en nada.
     Igualmente y con el mismo fin hay que decir que el atlético del Cholo es muy agerrido y siempre juega al límite, de hecho siempre suele sobrepasar éste, pero parece ser que hay distintas varas de medir, porque en más de un partido, incluso diría que en más de 10 partidos, deberían haber acabado con 6 en el campo, pero nada más lejos de la realidad. Quiero aclarar que no les considero un equipo violento, pero sí duro. Y quién juega duro, suelo sobrepasar de vez en cuando los límites permitidos.
     Pero más allá de lo relatado hasta ahora, se han escrito más páginas y vertidos más comentarios por el "excesivo" tiempo añadido por el árbitro, que de la cruda realidad en sí y la superioridad blanca. Los átléticos desde que se pusieron por delante no hicieron más que perder el tiempo, desde los saques de portería hasta cualquier otra acción. Me acuerdo de una falta a favor de los blanco en las inmediaciones del área de Courtois que fue pitada en el 51 (ó 61, no me acuerdo exactamente) y se sacó en el 54 (ó 64) y todo por la picaresca de la defensa que a pesar de los comentarios y advertencias que le hacía el árbitro, y las explicaciones que les daba (si la mano y brazo por detrás, no os adelantéis, bla, bla, bla), ellos se lo pasaban por el forro y seguían protestando, adelantando la barrera,... total, 3 minutos perdidos. Sólo en esa jugada!.
     Igualmente se habla de "la suerte"que tuvieron los nuestros al meter el gol en el descuento o la mala de los atléticos al quedarse a sólo 2 minutos de la victoria. Suerte, lo que se dice suerte, fue su gol. En el único "tiro" a puerta que hicieron. Y no fue ni un tiro o remate, porque lo único que hizo Godín fue saltar de espaldas y que el balón le impactara en la cabeza entrando llorando en la portería tras la nefasta salida de Casillas. Un churro con final feliz. 
    Del penalti no pitado y el libre directo a 2 metros de la portería tras el juego peligroso contra Marcelo, nadie o casi nadie ha hablado.
     Es más, y para colmo de la desfachatez, se ha vendido al atlético como "el equipo del pueblo". Ya me gustaría a mí ser del pueblo acudiendo al trabajo en Porsches y demás. Si señores, muy obreros los jugadores roji-blancos.
    También están explotando hasta lo indecible, y relacionado con el anterior párrafo, primero promovido por el propio Cholo y después por los medios, que juegan en desigualdad contra los grandes, que son una "molestia", que su presupuesto es mucho más bajo,... que si un sólo jugador de Madrid o Barza vale más que todos los suyos,... No sé cuantos ejemplos hay en el mundo del fútbol que los dejan en evidencia, pero ellos siguen. Pondré sólo 2: históricamente los mejores jugadores del mundo, salvo la época de los galácticos, han militado en el Barcelona; Maradona, Cruyff, Ronaldo, Romario, Rivaldo,... y el campeón siempre fue el Madrid. Pero siendo más certero con el equipo en cuestión, ese atlético super-star del doblete de hace 14 años empezó la liga con jugadores como Kiko, Hasselbaink, Baraja, Jose Mari, Lardín, Luque, Molina, Santi, Solari,..., y un tal Valerón; plantel nada desdeñable y barato... que acabó con sus huesos en segunda división. El dinero puede ayudar, pero no es clave ni tan fundamental. Tendrás más posibilidades de luchar y conseguir al jugador que consideres mejor para un determinado puesto. Que éste realmente se aclimate, rinda como uno desea que lo haga y luzca la calidad que se le supone en tu equipo... eso no hay dinero que lo asegure. En el fútbol hay factores más determinantes que los económicos. Un sistema que funcione y sea el más propicio para la plantilla, la cantera, los jugadores "clase media", el espíritu, la suerte, idiosincrasia, estado de forma, rachas, ambiente que rodea al equipo y existente en su inerior, amor por los colores,... y sí, el dinero, también el dinero. Pero no sólo el dinero.
    Pero cuando parecía que no se podía producir más desprecio por nuestras tropas, apareció el imbécil de Platinni y su envidia blanca.
    A Platinni me lo imagino con un gran problema de almorranas, pero tiene una tan gorda y pustulosa (para él) que le hace perder el norte. Y esta almorrana debe ser blanca. Me encanta imaginándomelo arrascándose costantemente el trasero y sin poder sentarse, porque por más que busca tratamientos contra ella, no sólo no encuentra la solución definitiva, sino que este año se le ha agudizado más el problema. Y como ya no sabía que hacer por eliminarla..., pues se inventa no sé que acción para cerrar un par de gradas en el Santiago Bernabéu. Pues cierra, cierra, que te vas a tener que seguir rascando por mucho tiempo.
   Lo mejor de todo es que estas victorias blancas, acompañado de que está rodeado en su organigrama laboral de cerdos culés, le va a generar una neurocisticercosis galopante provocada por un gusano llamado Real y apellidado Madrid.
    La UEFA que exige?. Respect, no?. Pues lo dicho, Respect. Respect por parte de todos al justo campeón.
     
    



25 may 2014

LA DÉCIMA.

   Décima a décima de segundo y entre el minuto 15 y el 93, yo los habría "asesinado" a casi todos. Me exasperaban. Me parecía inconcebible que nuestros jugadores poco hicieran a derechas.
   Empezamos bien, aceptablemente bien. Cosa que en nuestra historia reciente no suele ser algo propicio, pues no sé por qué encantamiento, solemos jugar y salir triunfadores cuando lo hacemos de menos a más. Cuando es al contrario..., mal asunto. Y pensado y ocurrido. Sobre el minuto 15 el atlético empezó a coger el timón del encuentro. No duró mucho esa nueva capitanía y desde entonces y hasta el final de la primera parte, parecía que ese timón no lo gobernaba nadie y lo que es aún más preocupante, que nadie lo quería tomar.
    A los puntos, incluso diría que a las décimas, fuimos mejores en esta primera parte, pero nada especialmente destacable salvo los continuos errores de los nuestros, sobretodo en lo que al último o penúltimo pase se refiere.
   Y el Atlético?. Pues aún peor. Pero con una salvedad, fue puro atlético. Acciones defensivas que rozan, cuando no superan constantemente la ilegalidad, y un sólo "remate" a puerta que supone un gol. Y puse las comillas porque decir que Godín remató, es como pensar que por hacer una casa de lego, uno es arquitecto. Porque el héroe atletico saltó de espaldas, el balón le dió en la cabeza y tras la pésima salida de Casillas, el balón entró llorando a la portería.
   Un gol, suficiente para un equipo que se ha hecho campeón de liga con una media no muy lejana a un gol por partido disputado. Después sólo han tenido que sufrir durante el resto del encuentro y encomendarse a Courtois, su mejor jugador de aquí a Roma.
    Ahora bien, dicho todo lo anterior, toda la falta de fútbol, de precisión y de jugadas dignas de mención, fue compensado sobradamente con intensidad, lucha, pasión máxima y garra. El miedo atenazaba a la valentía, pero este miedo convertía a ambos equipos en "gatos panza arriba".
    Lo curioso de esta situación es que cuando cierta luz asomaba por el horizonte del partido en forma de gran jugada o buena ocasión blanca, eran los propios jugadores los encargados de apagarla. Y para muestra la ocasión creada y fallada increíblemente por Bale.
     Con rabia contenida y décimas de fiebre por unos nervios a rebosar por mi parte, empezó la segunda parte tras un descanso que se tornó eterno.
     La superioridad blanca fue más notable y visible conforme avanzaban los minutos, especialmente en lo que a número de ocasiones y claridad de las mismas se refiere. Es cierto que el Atlético sorprendió con unos primeros minutos más ofensivos, pero duró muy poco y apenas merodearon el área de Casillas.
    El dominio en todas las facetas de los nuestros subió muchísimos peldaños cuando Ancelotti, por fín, se dio cuenta de su error, y sacó a Isco y Marcelo a escena.
    El partido se fue convietiendo en un frontón en donde el Atlético sólo podía perder el tiempo y sacar balones de su zona de peligro. 
    Eso en el partido, porque en mi casa no hacía más que dar vueltas alrededor de cuanto mueble se cruzaba en mi camino y os puedo asegurar que pocos metros menos recorrí que los jugadores. 
    Conforme pasaban los minutos, mis nervios e ira aumentaban exponencialmente. Controlábamos el partido, generábamos ocasiones, teníamos atenazados a los rojiblancos..., pero el balón no entraba. Y no sólo no entraba, sino que Benzema seguía tan inoperante como los últimos encuentros, sólo un par de combinaciones durante los 90 minutos a destacar. Bale igual que el resto de la temporada, sumamente egoísta y chupón. CR7 completamente desaparecido.... Y Dí María tan acelerado, como poco acertado en sus decisiones (cuando hay que regatear, centra; cuando hay que centrar, tira; cuando hay que tirar, pasa;...) e incluso acciones. Aunque no es menos cierto que especialmente éste último fue un estilete contra las filas atléticas. Lo dicho al principio, los habría "asesinado" a casi todos.
   Y cuando más maldecía a todo lo que me rodeaba, cuando más rendido estaba, llegó el córner del remate a gol de Sergio Ramos. Como ven, no he puesto comillas a la palabra remate, pues éste si lo fue. Colocado, preciso, fuerte,... espectacular.
    La justicia se personó en forma de un sevillano eterno. La décima era nuestra. Y era nuestra porque al equipo rival no le quedaba nada que ofrecer. Es un equipo que "sólo" tiene esfuerzo, un arma tan válida y respetable como cualquier otra. Pero que es finita. El desgaste se acaba pagando y más con el sobreesfuerzo realizado ayer, del ya de por sí sobreesforzado equipo. Algo de mérito tendrán los blancos al haber desgastado más de lo normal a su rival y no haberles dado un sólo segundo de respiro.
    El atlético estaba desfondado y sus anteriores pérdidas de tiempo como reacción a cualquier roce, pasaron a ser calambres de verdad.
    Había una prórroga por delante con un atlético mermado física y psicológicamente, y un Real Madrid cansado, pero con una tendencia ascendente y una superioridad insultante. Sólo quedaba por saber el resultado final de la victoria blanca. Un contundente, aunque algo exagerado 4-1 fue la respuesta final. Fuimos una apisonadora. Nuestro espíritu luchador y encomiable venció merecidamente.
     Y por fin el pitido final. Alguna lágrima rodó por mi cara, mis nervios se desvanecieron y la felicidad absoluta invadió mi alma. A gritar, reir, zapping a diestro y siniestro para poder ver la celebración desde todos lo ángulos...., y algo de alcohol. Alcohol que de haber sufrido algún control policial, algunas décimas hubiera dado. Décimas por la décima!.
     Felicidades a todos los madrileños, de cualquier equipo, por todo lo que representó la final. Ganó el Real Madrid en particular, pero más importante aún, Madrid y España en general. Felicidades más específicas también al atlético y los atléticos, un dignísimo rival.
    Pero por encima de todo esto, ganamos todos los madridistas. Todos los blancos del mundo. Ganó el Real Madrid, el mejor equipo y el más universal. Ganó el mundo, enhorabuena a todos!. 

15 may 2014

NOBLEZA OBLIGA.

    La liga ya está perdida, esta vez sí, por una derrota "honrosa". Y es que por juego y ocasiones pudimos haber ganado al Celta de sobra (digan lo que digan los "sabiondos" periodistas) y la imagen dada distó mucho del bochorno acontecido en Valladolid, por mucho que a todos se nos pongan los ojos como platos al ver las estupideces de Sergio Ramos y Xabi en los goles gallegos.
    La liga ya está perdida y con ella el sueño y alegrías de millones de personas que no se explican como pasamos de la apoteosis de Munich, a las sinrazones de Valencia (muy mala suerte), Valladolid (deméritos propios) y Celta (mala fortuna). Es curioso que este equipo blanco, cuya mayor virtud, según los eruditos de turno, es la eficacia de cara a portería, siempre haga grandes, enormes, a los porteros rivales y los conviertan en los "mvp" de cada encuentro. Soy yo el único que ve alguna incoherencia en ambas cosas?.
    Sea como fuere, hemos regalado la liga al Atlético... y lo que es peor aún, a un barza desahuciado.
    Por fútbol y siendo justos, debería ganar el barza la liga, ya que el atlético de fútbol, lo que se dice fútbol y jugar medianamente bien..., nada de nada. Gracias a Dios en este deporte hay tantos matices, que el atlético tiene la posibilidad, más que justa posibilidad, de ganar la liga. Y por mi, estando ya fuera el Real Madrid, que la ganen. Se lo merecen, a su manera, pero se la merecen. Además, antes que el Barza..., cualquiera me vale. Si, sé que los aficionados atléticos estarían insoportables durante los próximos años, pero es lo que hay.
      Pero esta entrada de hoy es una pequeña despedida y minúsculo homenaje a los últimos barcelonistas que merecen mi RESPETO. Y cuando digo RESPETO, lo escribo en mayúsculas porque incluso traspasa la admiración.
      Me refiero a la desgraciada desaparición de Tito y la triste despedida de Pujol.
     Del primero no voy a ser cínico. Me entristeció su fallecimiento, pero apenas sabía nada de él hasta que fue entrenador del barza. Sólo que militó en ese club, y que era el segundo de Pep... y el lamentable incidente del ojo. Pero es por esta última acción y por su grandiosa lucha contra su enfermedad, lo que me hizo respetarlo sobremanera. Por lo segundo creo que sobra la explicación. En cambio por el incidente que tuvo con Mou, si la merece. Y es que fue el mayor afectado de esa "locura temporal" del portugués, y el que menos alzó la voz y arremetió contra el "ex" del Madrid. Y eso teniendo a un ser tan deleznable, mezquino, envidioso e hipócrita como Pep cerca..., se me antoja imposible. Más mérito para el pobre Tito. Demostró que aún había en el barcelona gente decente y con ese seny del que tanto presumen y tan pocos hacen gala. Nunca destacó, ni quiso hacerlo, por muchos motivos que tuviera para hacerlo. Adéu, Tito.
    Centrándome ya en el gran capitán del Barza, cientos de anécdotas se podrían describir que hablan de su grandeza como futbolista, pero sobretodo como persona y profesional. Pero de entre todas ellas, la primera que se me pasa por la cabeza fue cuando reprimió al tontolaba de Piqué y le quitó un mechero que pensaba enseñar al colegiado y que un asistente al Bernabéu les lanzó, y lo tiró disimuladamente fuera del campo. Y todo esto en el momento más álgido de la crisis entre los jugadores madridistas y barcelonistas que incluso hizo peligrar a la selección española.
     Pujol demostró, y no sólo en esta acción, tener cabeza, ser educado y respetuoso, buena actitud, buen corazón y ser un auténtico caballero.
    Nunca ha hablado más de lo debido. No le recuerdo un mal gesto, mala crítica o una mala acción. Siempre fue respetuoso. Nunca obró con malicia. No fue un chulo ni creído. 
    En lo fútbolístico fue un portento y un baluarte en la defensa blaugrana. 
    Todo un ejemplo y no sólo para los barcelonistas. Es un grande que merece estar entre los más grandes del fútbol, y no sólo por sus cualidades deportivas. Un futbolista para enseñar y enmarcar en cualquier academia de fútbol, sea del color que sea.
    Si finalmente gana el barza la liga me llevaré un gran disgusto, lo reconozco. Pero a la par, y cuando me acuerde de estas dos grandes personas; cuando pasen por mi cabeza estos dos últimos barcelonistas honrados y honorables, una minúscula satisfacción me recorrerá el cuerpo. Nobleza obliga.
   

9 may 2014

AHOGADOS EN SU PROPIA VANIDAD

   Y con ellos, todos.
   El Real Madrid contemporaneo no es equipo de halagos. Contra más se le hacen, más la cagan. Que la liga estaba imposible... remontada al canto. Que nos toca el Bayern y nos van a echar..., humillación a los alemanes. 
   Y por las mismas..., que tras la final de la Copa de Su majestad el Rey y la eliminatoria contra los chicos de Pep, según todos los medios y aficionados en general, pasamos a ser el mejor equipo de la actualidad y favoritos a todo..., todo a la mierda.
    Hay formas y formas de perder, ya no sólo un partido, sino también una competición. Pero lo acontecido ayer en Valladolid fue simplemente vergonzoso. 
    El Madrid fue lamentable en todas las facetas. El planteamiento de Ancelotti pasó de pésimo a paupérrimo. Y nuestro equipo de malo a patético. 
    Mi amado Benzema lleva 2 semanas inoperante. A Morata no le sale nada, pero nada, ni lo más mínimo; yo le he seguido desde cuando militaba en segunda B y me parece otra persona completamente distinta desde que subió al primer equipo. Dí María en su línea de aceleramiento sin sentido,..., sólo se salvaron Modric y Sergio Ramos, y no precisamente por su gol.
     El Madrid no ofreció fútbol, ni pasión, ni garra, ni lucha, ni... nada, no ofreció absolutamente nada. Y menos aún tras el gol. 
    Sinceramente no sé a quién achacarle todo esto. Si a un entrenador, que como en su momento hiciera Mou, todavía no sabe que significa el Real Madrid, al sacar un planteamiento tan ramplón de inicio e ir transformándolo una aberración ultradefensiva conforme avanzaban los minutos; o a unos jugadores que por muy malas que fueran las órdenes de su "general", no lo pudieron hacer peor.
    A Mouriño nunca le podré perdonar sus planteamientos ultradefensivos en sus primeros enfrentamientos contra el barza. Lo que ayer hizo Ancelotti no sólo no creo que yo se lo perdone nunca, sino que el mundo del fútbol en general, tampoco lo hará.
     Señor Carlo, por si no se ha enterado todavía, no está en Italia, pero mucho más importante que eso, usted está en el Real Madrid. Los demás han de temer al Madrid, los demás han de jugar en base a lo que jugamos nosotros y son los demás los que han de defenderse y encerrarse. Los demás han de temernos, no nosotros a ellos. En la venas del Real Madrid nunca ha manado sangre de cobarde. Habremos muerto desangrados infinidad de veces, pero nunca suplicando. Nunca arrodillados. 
     El Real Madrid siempre fue como Los Tercios, "temibles hasta en la derrota". Si usted no entiende esto, por mucho que hayamos ganado una copa del Rey y hayamos llegado a la final de la Champions, por mi puede marcharse por donde vino.
     Podremos perder como contra el Sevilla, al que dimos un baño y acabaron ganando por no sé que milagro. Podremos empatar como contra el Valencia, con mejor juego por nuestra parte e infinidad de ocasiones más que ellos. Por mala suerte, el árbitro, que el rival ha sido mejor,....Pero lo que es intolerable, es perder por nuestra propia desidia. Por las órdenes antinaturales dadas por nuestro entrenador. Por una cobardía vergonzosa. En resumen, por no ser el Real Madrid.
   Lo vivido contra el Valladolid me dio pavor e incluso algo de vergüenza. El Valladolid empató con total justicia y el Madrid perdió la liga de igual manera. Porque es justo reconocer que un entrenador que no hace más que retrasar la líneas más y más conforme avanzan los minutos y hacer cambios cada vez más defensivos, no merece ganar una competición tan prestigiosa.
    Dicho esto, la actitud de los jugadores tampoco merece perdón.
    Una pena y una oportunidad irrepetible para ganar o tener posibilidades de ganar el triplete.
    Lo peor de todo es que está claro que ha sido el Real Madrid quien lo ha perdido, no el resto quien lo han ganado.
     El entrenador italiano llegó a decir tras la final de la Copa del Rey y semifinales de la Champions que ahora ya le considerarían un buen entrenador y creerían en su fútbol. La cagaste. Al Real Madrid de los últimos años nunca le sentó bien el favoritismo y las alabanzas. A tí, Carleto, está claro que aún peor.
   

2 may 2014

MÜHLBERG

   Finalmente fue la batalla de Muhlberg. La gloriosa batalla de Mühlberg.
   Cómo me gusta ser un zoquete!.  Me encanta no dar una. Disfruto con mi ignorancia y mi incapacidad deductiva. Es lo que tiene ser un listillo prepotente , que te piensas que sabes mucho, y no eres más que un atolondrado.
    Esto viene a cuento del anterior post, en el cual dije que nos íbamos a arrepentir de las ocasiones marradas en el partido de ida y que nos iba a salir caro. 
    Pero no sólo de la anterior entrada, también de mis opiniones de los últimos años contra Coentrao. Sigue siendo un jugador al que considero muy justito para el Real Madrid, pero a día de hoy, es más, para el resto de mi vida, aceptaría de buen grado y con sumisión absoluta que me atizara con su calcetín usado. Me ha dejado en evidencia y se lo agradezco sobremanera.
    Es imposible verse durmiendo (viajes astrales aparte), pero la sonrisa que debí tener durante toda la noche de ese mágico día ha de ser de libro. Sirva como ejemplo que al despertarme y mirarme al espejo me ha parecido ver "al Joker" sin maquillaje.
   Pero esta felicidad suprema, este levítico estado de ánimo, vino precedido de una angustia insufrible horas antes del encuentro. Hablando en plata diré que a las 20:40 horas de tan memorable jornada, yo estaba sentado en el "trono" depositando líquidos. El estómago siempre fue mi punto débil y mis nervios y anguistias siempre afectan a mi intestino.
    A las 20:46 horas, según el reloj que preside mi salón, empezó el partido y desapareció ese malestar estomacal para convertirme en un púvere abrazado a un "adulto" de 4 años y medio. Como si ese nene más mayor que yo me fuera a defender de una agresión. Ahí estábamos mi hijo y yo intercambiando los papeles. El pobre vino de una larga y cansada excursión con su colegio, pero quiso quedarse conmigo a ver el partido. Quizás olía mi miedo o quizás ya sepa que es ser madridista, o ambas cosas a la vez. Da igual, ahí estaba yo abrazándole a él como si la vida me fuera en ello, y él correspondiéndome como sólo un hijo abraza a un padre, o en ese momento, un niño-padre abraza a su padre.
    Apenas habían pasado un par de minutos del encuentro, cuando mi abrazo sofocante al pequeñín bajó de intensidad. No era el Bayern que me había imaginado y más importante aún, el Madrid tampoco. Daba la sensación que todo estaba bajo control. Bajo control blanco. Parecía que los alemanes sólo hacían lo que el Madrid quería que hicieran.
    Los minutos fueron pasando y esa sensación fue a más. Poco antes del minuto 10 bajé por enésima vez la vista para mirar a mi peque y a éste ya se le cerraban los ojos. Hacía esfuerzos titánicos para evitarlo, pero el sueño le vencía. Empecé a tener una lucha interna: subírmelo a la cama, leerle el cuento (en teoría como estaba apenas una hoja, pero quién tiene hijos sabe que eso es impredecible) y perderme unos cuantos minutos del partido o acomodarlo en el sofá bien tapadito y subirle al descanso. En esas estaba cuando llegó el córner del primer gol. Espero a la ejecución del mismo o lo subo ya?, venga, espero. Sacó Modric y de entre el tumulto de gente apareció cual ángel vengador (nunca mejor dicho) un sevillano al cual, como él mismo ha dicho, la Copa de Europa y el equipo alemán le debían una. La ejecución del remate de cabeza fue perfecta. Salto, fuerza, colocación,... Acaso practicó en el partido liguero de este fin de semana pasado?.
    Chillé como un poseso y en mi intento de saltar me percaté que el peque estaba dormido, completamente dormido. Pero aún así, mientras yo frenaba mi impulso de levantarme vi como él, inocente y sobado como estaba, levantaba su brazo derecho (yo estaba a su izquierda) con su puño cerrado y hacía un par de ademanes de subida y bajada mientras esbozaba una sonrisa pura, feliz. Sus ojos no hicieron nada por abrirse, pero su brazo y su sonrisa lo dijeron todo. Lo cogí, abracé y lo subí a la cama.
    Bajé tembloroso del cuarto y preguntándome si lo que estaba pasando en Munich era verdad. Antes de entrar al salón ya estaba mirando la tele en la esquina donde queda reflejado el marcador. Era verdad, íbamos ganando y los alemanes eran nuestra comparsa.
   Vale, a sentarse se ha dicho y rezar o lo que hiciera falta. No me había acomodado perfectamente cuando llegó el córner del segundo tanto. Para que contaros lo que pasó. Imagino que más o menos igual que lo mismo que ustedes, con la salvedad de subir las escaleras, besar a mi hijo y bajarlas nuevamente en un estado de excitación que hace lustros no sentía.
    El partido siguió y la marioneta alemana continuaba siendo vilipendiada en su propia casa. Pero para qué humillar si puedes destrozar?. Pues manos a la obra, o eso debieron pensar los nuestros. Y así llegó ese contraataque de libro que supuso el 0-3. Gritos, saltos, locura... y otra vez, escaleras arriba, beso y escaleras abajo. Era un sueño?. Pues si lo era..., a quién me despertara se podría considerar hombre muerto.
     No me lo podía creer, sinceramente. Continué, como no, viendo el partido. Creo que de tanto levantarme, andar, dar vueltas, sentarme,... hice más ejercicio que en todo el año.
     La segunda parte siguió por los mismos derroteros. El control del Madrid fue a más y la desesperación del Bayern aumentaba proporcionalmente según pasaban los minutos. Es cierto que alguna ocasión tuvieron, pero Iker apenas participó en el juego.
     Ya quedaba poco para el final, y yo pensaba que en ese momento nada podría hacerme más feliz. Soy bastante pesimista y reconozco que aún tenía miedo de algún milagro teutón o que el mal fario que suele acompañar a los nuestros resurgiera a lo bestia. Pero nada más lejos de la realidad. Qué tenía miedo de un supuesto milagro germano?, qué no podía ser más feliz?. Pues ahí apareció CR7, de nuevo, para lanzar pícaramente una falta que dejó en evidencia a sus rivales e incluso diría, al 99% de los que en ese momento estaba viendo el partido, pues pongo la mano en el fuego que nadie pensó que la iba a tirar así.
    Poco después llegó el final del encuentro, el finiquito del aplastamiento. El fin de "la bestia negra" a lo grande.
    Y más importante aún, que definitivamente los pseudoentendidos que escriben en tantos periódicos y salen en tantos programas abrieron por fin los ojos y se dieron cuenta de lo lamentable y aburrido que es el juego de Pep. Ese hombre al que hace escasos meses le lamían todo lo que tuvieran que lamerle.
    Está bien ser algo chominista, pero ciegos y obtusos... es distinto. Se hizo el milagro!. Vamos, ni Cristo ha hecho algo parecido.
    En qué se diferencia el Bayern de Pep con su Barza?. En las ayudas arbitrales. Sólo en eso.
    Y casi para finalizar felicitar a todo el fútbol español. Esa liga denostada en la que los alemanes nos sacaban años luz en todo y en donde sólo el Real Madrid se ha encargado de echar al Schalcke, Borussia y Bayern.
    Felicidades al Atlético, al Sevilla y al Valencia. Felicidades a todos los españoles de bien. Es para sentirnos orgullosos.
     Ya sólo pediros un favor. Ayer solicité mi entrada para la final en Lisboa, rezad a vuestros dioses, energías o lo que os dé la gana para que me toque. Os estaré eternamente agradecido.