27 abr 2015

AUSTRALOPHITECUS

   Hoy no voy a hablar de fútbol, por lo menos no voy a hablar de lo que debería ser el fútbol. Si lo haré de aquello para lo que es utilizado en España. De lo que para es utilizado y de la estupidez de una sociedad aletargada y estigmatizada. Débil. De un pueblo que se deja pisar con placer y con una sumisión preocupante. De la mala educación y la paciencia infinita que ha que tener con unos personajes que aprovechan cualquier ínfima oportunidad para vender su basura y lo más preocupante, que nosotros se la compremos.
    Imagino que estarán un poco perdidos e intentaré aclarar el desaguisado. Me refiero a la utilización política del fútbol, en este caso lingüística y en este país, por lo tanto, nacionalista.
    Y quiero dejar bien claro lo de "en este país". Porque es curioso que el lenguaje se creara y evolucionara para transmitir información, dar órdenes, organizar, contar sentimientos, necesidades, expresar lo abstracto,... en resumen, para vincular. Desde ese primer proto-lenguaje, posiblemente surgido con los "homo-hábilis" hasta nuestros días, el lenguaje ha sido una herramienta de unión, que poco a poco fue pasando a ser algo diferenciador entre las diferentes culturas y poco más adelante incluso un emblema de distición entre naciones, para llegar a la actualidad en la que ha vuelto a sus orígenes. Bueno, no en todos los sitios, pues en este lamentable país nuestro se utiliza nuevamente para separar y disgregar.
    Para mi es un verdadero orgullo tener un país con diversos idiomas. El castellano, euskera, catalán, gallego y bable especialmente. Me da lástima el desconocimiento (por mi cabezonería me negué a aprender uno habiendo vivido en Cataluñia durante casi 5 años) que todos los españoles no oriundos o residentes de esas tierras tenemos de esa maravillosa riqueza cultural en forma de idiomas. Debería ser obligatorio estudiarlos en todos los puntos de España. Pero claro está, esto es España, por lo que mejor lo usamos de arma arrojadiza, que "mola más". La ignorancia nos hace valientes y España está llena de ellos.
    Y todo esto viene a cuento del bochornoso espectáculo dado ayer por Gaizka Garitano. Este personaje, prefiero omitir lo que realmente pienso de él, con su mala educación provocó una más que lógica crispación en los periodistas almerienses que siguieron el encuentro y quería preguntarle y enterarse de su opinión tras el partido. Hay que reconocer que todo se inició porque otro atolondrado vestido de periodista le realizó preguntas en euskera y el entrenador contestó en el mismo idioma, por lo tanto la crispación no la inició él, pero si hizo porque aumentara.
    Lo curioso del caso es que al ver las caras de poker del resto de periodistas, Garitano se asombró y tras preguntar que pasaba y escuchar que los acompañantes de la misma habitación, que por cierto estaban en "su casa", le decían que también querían saber lo que estaban hablando, se levantó indignado y se marchó. Valiente sinvergüenza!.
      Valiente sinvergüenza y desde ahora héroe de aquellas amebas independentistas de regiones obtusas y dirigidas por mentes tan inteligentes, como agilipollados quieren a sus ciudadanos. Y es que esta gentuza ya ha esparcido a los 4 vientos toda la mierda que han podido y tienen una nueva arma para poder anunciar la "opresión" que sufren por parte del dictatorial Estado español.
     Para mi la reacción de los periodistas de Almería y el resto de España no sólo es normal, sino acorde con unos principios de educación tan básicos, que sólo unos atontados dirigidos son capaz de ver como lo que no es y utilizarlo para su beneficio. Como así han hecho y harán.
     Yo no sé ustedes, pero partiendo de que la comunicación es para relacionarse me resulta una aberración incalificable que 2 imbéciles, en presencia de más gente interesada en el tema  y desconocedores de esa lengua (una pena como dije al principio del post), se hablan sólo para sí mismos. Es una falta de educación sin precedentes y que se viene realizando desde hace varios lustros con esa "prensa" maniatada y gobernada por los políticos catalanes y vascos. Démosle algo más de tiempo a que los independentistas gallegos obtengan algo más de poder. Díganme ustedes en que idioma rebuznan los periodistas catalanes y vascos en las ruedas de prensa cuando la mayoría de los presentes no entienden ese idioma y ellos, en cambio, conocen a la perfección el de el resto de los asistentes.
    En los patios de colegio, cuando 2 coleguillas se dicen cosas al oído mientras el resto no se entera de nada, la situación se suele resolver a hostias. Lógico y normal. Aquí no sólo no se debe hacer, para eso se supone que hemos madurado y hay leyes y normas de convivencia, sino que encima todos los acólitos de turno defienden la actitud de tan mala acción. Pero no sólo de su entorno, sino de toda España en general. Quiero pensar que el nivel de subnormalidad no es tan alto y lo dicen porque han de quedar bien. Por la basura de lo "políticamente correcto". Porque en este país hemos pasado del abuso del eufemismo, a la falsedad e hipocresía más absoluta.
     Perplejo me he quedado esta mañana escuchando como en cierta radio deportiva, defendían al impresentable de Garitano menospreciando a sus compañeros que sólo querían saber sus declaraciones tras un partido. Lo más suave que han mentado es que deberían haberle pedido que lo repitiera traducido para ellos. Repetir el qué?, aquello que perfectamente podía haber preguntado en un idioma común para todos y contestado de la misma manera?. Que necesidad hay de hacer ese desdén al resto de asistentes?. Gentuza, es lo que son.
    A mí mis padres me enseñaron a ser respetuoso, empático y ayudar al prógimo en lo que pudiera. Desconozco como actúan ustedes, pero en mi caso, si viene a mi casa o mi entorno un anglo-parlante, por muy básicos que sean mis conocimientos en ese idioma, intentaré comunicarme con él en inglés si él no supiera nada de castellano, y más si el resto de mis aompañantes tuvieran como mínimo mis mismos conocimientos. Todo en pro de la comunicación entre todas las partes. No me cabe duda que él de saber nuestra legua, procuraría hablarla. Lo que seguro que no haría es estando en grupo, hablar de cosas que interesa a todo el resto ignorándoles y poniendo todas las trabas posibles, en este caso en forma de idioma, para que no se puedan enterar. Si todos sabemos castellano, lo utilizaré y si sabemos inglés, haré lo propio con ese idioma. Creo que es algo lógico y una norma básica de educación. En el caso de la/s rueda/s de prensa que se dan en los campos de fútbol propagandísticos de los politicuchos independentistas de turno, y más reocupante aún, en todos aquellos, estén donde estén, en los que han jugado esas "pseudo-selecciones" en forma de clubs de fútbol, lo normal es obstaculizar la comunicación de todas las partes en una innecesaria, rastrera y sectarista "conversación" entre 2 o más animales.
     Una cosa es defender un idioma, y otra levantar escollos con él. Lo dije y lo mantengo, es un gran honor ser de un país con, entre miles de cosas más, la riqueza cultural de tener varios idiomas. Una desgracia el desconocimiento del resto de la sociedad española de los mismos. Pero lo que es imperdonable es utilizar aquello que más nos hace distinguirnos del resto de los animales (la riqueza comunicativa), como instrumento político, diferenciador y separatista. El lenguaje siempre ha servido como elemento vinculador, no lo contrario. Pero claro, esto es España. Un país dirigido por atolondrados estigmatizados por un pasado deplorable, pero ya muerto. En donde existe el delito de apología del nazimo, pero no el de apología del comunismo. Donde a una banda asesina de extrema izquierda (ETA), se la denomina "fascistas". Donde los grupos políticos que portan banderas de España son tachados de radicales, pero Podemos es una oda a la libertad con su internacional, hoz y martillo, puño izquierdo levantado, bandera tricolor y demás emblemas y basura asesina. Donde la selección española es denominada "la roja" (de toda la vida "la roja" ha sido Chile) por no "herir sensibilidades"; osea, el país de pandereta de toda la vida, adaptado a la mediocridad del siglo XXI.
     Aquí, en este país, una "pseudo-periodista", una tal Samanta Villar, que lo más logrado que ha hecho es en un "programa" pasar una semana entera completamente drogada (por sus declaraciones deduzco que todavía no ha salido de ese "asunto"), es capaz de arremeter contra sus compañeros que sólo querían saber que se estaban diciendo entre esos 2 maleducados, lindezas como "Hay que entender a esos pobres periodista deportivos de Almería. A duras penas entienden el castellano".  Declaración tan sorprendente como mediocre y partidista. Pero ya les digo, la inmensa mayoría opinan como ella. O siendo mejor pensado, quiero imaginarme que se sienten obligados a decir esas cosas, no les vayan a echar de sus trabajos en esta sociedad "tan libre", por decir verdades como puños a base de "ofender con la razón" a esos ponzoñosos independentistas de la generalidad, vascongadas y demás zonas adoctrinadas.  
    Lo dicho, en España, esto es deporte en estado puro.
    El mundo avanza, las sociedades cada vez son más universales. Las relaciones y comunicaciones entre todos los habitantes van en aumento. En todos lados?. No, aquí, especialmente concentrados en "ese pequeño país al noreste de la península ibérica" y en la zona norte, los australopithecus siguen siendo la raza dominante. Quién sabe, quizás dentro de unos 4 millones y medio de años hayan conseguido dominar un lenguaje con el que poder comunicarse con el resto de la humanidad, mientras tanto..., que "se diviertan" viendo conexión Samanta.
    
     

23 abr 2015

SAN PEDRO.

    Cuenta la leyenda, la Biblia o como quieran denominarlo, que San Pedro renegó de Jesús cuando vio su vida peligrar.
    Yo no llegué a su extremo (nunca renegaré del Madrid), pero si lo hice de su pase a semifinales de la Champions. El motivo fue la espectacular primera parte del partido de ida que como todos sabrán, acabó con un increíble, para ellos, 0 a 0.
    Si tras ese partido, aunque muy especialmente la primorosa primera parte, no les metimos un gol, se me antojaba imposible hacerlo en cualquier otro encuentro.
     Hay que tener en cuenta que los mayores rivales blancos juegan "en otra liga" en según que aspectos. El barza puede ser orinado, futbolísticamente hablando, tanto en juego como en ocasiones y sufrir una humillación bochornosa, que ganará (el mejor ejemplo su último partido contra el Valencia o el nuestro pasado de liga). Al Atlético de Madrid le basta con no hacer absolutamente nada constructivo durante una temporada para llevarse una liga y ser campeón de Europa durante 50 minutos. Al Madrid estas cosas no le valen. Para ganar al rival ha de ser muy superior a él..., y ni con esas siempre.
     El Barcelona actual de mi odiado Luís Enrique reconozco que me gusta como juega, aún así sigue teniendo la suerte de meter 4 goles realizando sólo 3 tiros. El atlético no necesita ni tirar, con un simple rebote del balón en el área rival... partido ganado.
      Tengo la certeza casi empírica que si el Valencia tiene una millonésima parte de las ocasiones que le creó al barza cuando juegue contra nosotros, menos de 3 goles no nos meten, y probablemente, su primer tiro sea gol, cosa que acostumbran a hacer casi todos nuestros rivales. Llevo años diciéndolo y cada vez se cumple más; necesitamos una media de 5 tiros para meter un sólo gol. Nuestros rivales, sólo cuando juegan contra nosotros..., un sólo tiro significa como mínimo 1 gol.
     Con estas premisas, reconozco que di casi por perdida la eliminatoria tras el pitido final en el Calderón. 
    Después se sumaron las bajas que fueron surgiendo... y mi esperanza quedó en ínfima. De hecho, esta fue la principal causa de que acudiera al Bernabéu. Por cuestiones que no viene al caso mencionar, últimamente apenas voy a la que siempre he considerado mi segunda casa, pero un madridista lo es en las buenas y en las malas. Y considerando que yo pensaba que la clasificación era complicada y la situación no iba a ser agradable..., allá que fui, a aportar mi granito de arena para apoyar a los míos en un día que se me antojaba más que complicado.
    Es verdad que últimamente soy muy criticón con alguno de nuestros jugadores, pero siempre tras acabar el partido de turno. Mientras la pelota está en juego, sea quién sea y haga lo que haga, siempre tendrá mi apoyo incondicional. Pero de todos, el que más me irrita es Bale. No porque sea malo, todo lo contrario, sino porque piensa, mejor dicho, pensaba que él era la estrella y todos debía trabajar para él y ser él el centro de atención. No colaboraba, no apoyaba, no centraba, se obcecaba en jugadas imposibles, no soltaba el balón y sobretodo, por encima de todo lo anterior, no movía una uña para defender. Y sí, hablo en pasado, porque más o menos desde estas navidades, he notado un cambio más que palpable en esa actitud. Sigue teniendo ramalazos, pero últimamente defiende, presiona y colabora con sus compañeros. Aún le queda para adaptarse plenamente, pero cuando lo haga y si su ego sigue mermando..., será muy grande. No obstante, a día de hoy, sigo teniendo otras preferencias antes que él en el 11 inicial.de los nuestros, si bien cada día menos, y más teniendo en cuenta que él, como el 75 % de nuestros futbolistas, no juegan en su posición natural, un hándicap en ocasiones muy difícil de salvar.
      He hablado de Bale porque fue la única baja que "me alegró". Y me alegró no en este caso por él, sino porque pensé, como así fue aunque de una manera algo distinta a lo que tenía en mente, porque sin Bale dí por hecho que se abandonaría el "dichoso" 4-3-3 que tan poco me convence. Aunque más que convencer, debería decir que me agrada más el 4-4-2. Lo veo más equilibrado y con un juego más preciosista y de control. Sea como fuere, no me puedo quejar mucho del 4-3-3.
      Pero a Bale se le unió Benzema, ese jugador tan especial que falla lo infallable, no tira a puerta por no molestar, parece que está dormido,..., pero el único con una capacidad asombrosa de combinar arriba, de abrir defensas y de hacer cosas tan sorprendentes que ni el más avezado podría tan siquiera pensar.
      Añadamos la pérdida de Modric, el jugador que da equilibrio a un equipo portentoso, pero como dije antes, en el que ninguno juega donde debe o debería.
      Y por último la de Marcelo, cosa ya sabida cuando le mostraron la amarilla en la ida (todavía no sé por qué) y que le quitaba a nuestro equipo un desparpajo inusual e impredecible por la banda. 
      Sumando todo lo anterior no me quedó más remedio que ir al templo cuando consideré que "más me necesitaban". Con poca esperanza de victoria, pero con todo mi alma dispuesto a dejarme las cuerdas bocales por mis colores y aquellos que los representan.
       Y así salí de casa. El trayecto en coche normal, nada cambió. Pero ya en el metro me empecé a imbuir de ese ambiente que sólo se mama en los días especiales. 
     Ya en las inmedicaciones de Bernabéu a ese ambiente se unió la atmósfera mágica que sólo una zona sagrada puede tener. Empecé a creer. Casi me ví crucificado por mi pecado.
      Empezó el partido y estaba claro que todos los presentes iban con mi mismo espíritu... y probablemente también sin mi pesimismo. No llegó a los niveles de los años 80-90 ( ni creo que nunca vuelva a ser así), pero si que por momentos llegamos a ser ese jugador número 12 tan necesario y a la vez olvidado por los aficionados "operísticos" blancos.
     El partido empezó un tanto timorato, y si bien en ningún momento se vio un gran encuentro, si quedó claro desde el principio que sólo unos intentaban jugar al fútbol y buscar la victoria y los otros estaba viéndolas venir y como costumbran, a ver si en una jugada aislada y con 15 rebotes, acaban metiendo un gol. El Madrid empezó a marrar ocasiones, ni tan numerosas ni claras como en el Calderón, pero más que suficientes para haber metido como mínimo, un par de ellos. Además, y para desgracia de mis recientes recuerdos de hace apenas una semana, la figura de Oblack se empezaba a tornar inmensa. 
     Los minutos pasaban, las ocasiones se fallaban y si bien nuestro dominio era aplastante, éste no se veía compensando con la suerte del gol.
      La segunda parte siguió por los mismos derroteros y el gol seguía sin llegar. Los colchoneras sólo pensaban en defenderse e intentar provocar, como consiguieron en la segunda parte del Calderón, la ira de los blancos para descentrarles. Contínuas charlas, especialmente de Mandzukic, contra cualquier rival que pasara por su lado, golpecitos, gestitos,... pero esta vez no coló. Seguimos a lo nuestro, sin bordarlo, de hecho lejos de eso, pero dominando sin tapujos y con ocasiones de todo tipo.
       A falta de menos de 15 minutos Arda, que ya se había encargado de algún codazo por aquí, una fuerte entrada por allá y cosas típicas de los "intensos" (aunque mucho más relajados que antaño, todo hay que decirlo), realizó un plantillazo de libro, que si bien no fue su peor acción, ni de lejos, si le supuso la segunda tarjeta.
       Nuevos ánimos brotaron, no porque pensáramos que fuera a cambiar la tónica de nada, pero si porque por fin parecía que la justicia regresaba a un campo de fútbol. Y si hablamos de justicia, el Madrid en los 170 minutos disputados, debería tener en el cómputo total un 7-0, así por lo bajo, en su marcador. Sólo nosotros los merecíamos.
      Y por fin lo logramos, gran jugada entre James, CR7 y Chicharito, que finalizó éste último, casi de la peor manera posible, con un remate extraño, pero que acabó en el fondo de las mallas. Gol, apoteosis... y esta vez si, mi más completa vergüenza por haber renegado de la victoria blanca. 
     Este gol llegó al final del partido, cuando algunos ya pensábamos en que como no ganaramos en la prórroga... chungo. Llegó a la heróica. Llegó como no podía ser de otra forma en el Bernabéu y en plena Copa de Europa. Llegó como la Historia dice que ha de llegar.
    Los últimos minutos, todo hay que decirlo, no me gustaron. No lo hicieron porque el Madrid hizo aquello que yo tanto destesto que no es otra cosa que lo tercero que vinieron a hacer los colchoneros (defenderse, provocar,...), perder el tiempo. Desde el primer minuto. No fallaron en su "gloriosa", y victoriosa estrategia desde que llegó ese al que algunos llaman entrenador, Cholo Simeone.
     Odio ese tipo de bajezas y no me gustó que las hiciéramos nosotros, aunque es cierto que nadie se merece sufrir eso más que los atléticos. Me hacía gracia, aunque tuvieran razón, ver como, ahora si, ellos protestaban y se ponían histéricos cada vez que uno de los nuestros hacía lo que ellos hicieron drante todo el partido. Qué leches, que se jo...!, por sin vergüenzas!.
     Que más contar?, pues me quedan miles de detalles y sensaciones en el tintero o mejor dicho, en el teclado, pero no me voy a extender mucho más. Quizás sólo mencionar que a mi juicio la aplaudida posición de Sergio Ramos a mi no me pareció nada del otro mundo y si me apuran, me resulta preocupante. Es cierto que por alto ganamos, que defensivamente recuperamos más balones y fuimos más estables (Sergio junto a Varane y Pepe es mucha tela que cortar) pero a la hora de crearlo..., Ramos no dio un pase a derechas. Entiendo que no está acostumbrado a esa posición, que es verdad que fue de menos a más..., pero cuando lo hizo en el Campo Nuevo no funcionó, y en este partido..., ha funcionado porque la pelotita entró, no porque fuera una gran solución y la clave de la victoria. Igualmente pienso que pudo suponer un descuadre total para Simeone, pero a mi no me pareció un experimento tan rentable o bueno como algunos ahora venden.
     Por otro lado y tras escuchar a los "periolistos" de siempre, me deja atónito oir como esos entendidos son capaces de criticar el sistema de Simeone en el partido del que estoy hablando. Pero si ha utilizado siempre el mismo desde que llegó salvo en 3 contadas excepciones!. Para él el fútbol es destruir y que sus jugadores toquen las partes nobles a sus rivales hasta descentrarles. Desde el primer día que llegó sólo ha hecho eso y ha sido su estrategia y seña de identidad. Así y sólo así ha logrado todo lo que ha conseguido. Así y sólo así le han alzado a los más alto del olimpo del balón pie. Así y sólo así los mismos que le han endiosado por hacer lo único que ha sabido hacer, hoy le han criticado. No sé si reir o llorar.
      Bueno, mejor suplico para que me crucifiquen boca abajo y así poder eximir mi pecado.
     

8 abr 2015

EL GANADO, A PASTAR.

   Llevo meses vaticinando que el fútbol cada día da más pena. No sé a dónde vamos a llegar, ni a qué poder aspirar, ni que pensar. Pero sobretodo me entran ganas de que mi hijo deje de ver el fútbol conmigo (yo ya no tengo remedio y moriré viéndolo). Y no crean que me haría gracia esta opción, porque si hay algo que deseo enormemente es ir todos los partidos con mi hijo al Bernabéu o donde fuera que jugara nuestro equipo, como antaño yo hacía. Por algo lo hice socio del Real Madrid.
    El motivo de mi cambio de opinión no es otro que lo lamentable de los valores que se están inculcando. El todo vale con tal de ganar yo no lo comparto. No soy precisamente un fan de Maquiavelo aunque en ocasiones, lo podría comprender.
    El barza de Pep hizo mucho daño. No existió en la historia equipo más falso y cuentista. Con actuaciones memorables de su plantilla con falsas agresiones, falsas faltas, en resumen, falsedad absoluta. Y para colmo de males, encima consiguió muchos triunfos..., con un porcentaje altísimo de logros ilegales (ayudas arbitrales, sorteos "extraños",...). Daba igual que el rival se quedara injustamente con 10 ó 9 jugadores, que los restantes tuvieran amarillas, que a ellos no les pitaran ni una sólo falta en contra y a favor decenas de ellas, que les concedieran goles ilegales y anularan al rival goles de ley,..., daba igual, ganaban y punto.
     Eso ha quedado marcado en la retina de muchos niños y de todos los rivales. Sólo vale ganar, la forma de hacerlo es lo de menos. 
     No sé como lo hizo, pero Pep idiotizó a todo el mundo del balonpié. Sólo existe una forma de jugar bien al fútbol y esa es (o era, algunos están empezando a abrir los ojos) el infumable "tiki-taka". Pero no se conformó sólo con eso y su falsedad, sino que además ha conseguido que todo el mundo vea como algo normal las marrullerías dentro de los compos de fútbol.
     No puedo menos que escandalizarme cuando ciertos comentaristas, ya no sólo durante las retasmisiones, sino en los análisis posteriores y de días venideros de los programas de deportes comentan, y se quedan tan anchos, que ha faltado picardía, que han de perder más el tiempo,... y sandeces de ese tipo. Que yo sepa el deporte, cualquiera, ha de ser un arte noble. Y yo por nobleza no entiendo las agresiones, pérdidas de tiempo y demás. Lo siento, quizás es que sea de otra época o me falte algún hervor más de lo que pensaba, pero yo no quiero que mi hijo aprenda que si van ganando 1-0 (me da igual que sea desde el primer minuto o en el 90), se dediquen a exagerar entradas del rival, disimular lesiones, tardar 3 minutos en sacar cualquier falta, córner y demás, o cualquier otra cosa de esa índole.
     Es una falta total de principios, valores, honradez y decencia. A la vez de una tomadura de pelo para aquellos que pagan el abono de turno, la entrada o la tele para verles. He llegado a contabilizar, minuto arriba, minuto abajo, como de 90 minutos, se han llegado a jugar realmente alrededor de 58, gracias, en gran parte, a las marrullerías descritas con anterioridad.
     Pero esto, además de moralmente despreciable, genera una tensión al rival que en ocasiones acaba explotando de manera violenta. No voy a defender esa reacción, pero si, como mínimo, la comprendo. Alguien que se está jugando lo que sea (puntos, una clasificación, copa,...) que vea como se carcajean en su cara, le debe hacer de todo menos gracia. Y cuando la tensión va en aumento y el árbitro lo tolera (no he visto a ningún árbitro sacar una tarjeta roja a un portero por tardar lo que tardan en sacar cuando tienen el resultado a favor (muchas veces el empate les vale)) y las amarillas las empieza a mostrar allá por el minuto 92..., la situación puede explotar. Desde el primer minuto han de estar esas acciones sancionadas y bien castigadas. Y seguro que así nos evitaríamos disgustos posteriores. O acciones como la que este pasado fin de semana le pasó a Busquets, aunque en ese caso se hiciera por su bien, y es que el ganado tiene que pastar.